Expertos de países vecinos, como Austria, República Checa y Hungría, están colaborando con el personal de higiene de Eslovaquia para prevenir la extensión del virus, que no se había detectado en medio siglo en este país.

El gobierno eslovaco, que se reunió con carácter extraordinario el fin de semana, no ha facilitado por ahora datos sobre las cabezas de ganado vacuno que se han sacrificado.

Las autoridades eslovacas creen que el contagio pudo haberse producido a través de la vecina Hungría, donde también hubo un reciente brote de fiebre aftosa en una ganadería a pocos kilómetros de la frontera entre ambos países.