Francisco dejó el hospital, en cuyas puertas se habían congregado decenas de personas y medios de comunicación, a bordo del pequeño utilitario que usa habitualmente para sus desplazamientos y que le llevará hasta el Vaticano, donde también se reunieron numerosos curiosos para ver su reaparición en las pantallas colocadas en la plaza de San Pedro.
El pontífice, de 88 años, salió del hospital poco después de asomarse a la ventana del apartamento del décimo piso del policlínico en el que ha pasado las últimas semanas, en su primera aparición pública en persona, para saludar y bendecir a los fieles tras una hospitalización en la que sufrió dos graves crisis que pusieron su vida en peligro.