"Estos países envían un mensaje claro: los civiles son sacrificables. Es una señal de que se pueden justificar pérdidas civiles considerables y una invitación a otros países a seguir este ejemplo. Se trata de un desprecio flagrante por el sufrimiento humano", declaró esa oenegé en un comunicado.
Los ministros de Defensa de esos cuatro países anunciaron ayer, martes, en la red social X su intención de salir del Tratado de Ottawa para reforzar sus fronteras.
"Tenemos que prepararnos ante la posibilidad de que Rusia siga planteando amenazas a nuestra región, independientemente del resultado de la guerra de Rusia en Ucrania", dijo el titular letón Andris Sprud, en la red social X.
Handicap International reconoce en su comunicado "el actual contexto internacional inestable" y asume como "legítimas" las preocupaciones" de esos cuatro países, pero entiende que la decisión no es la correcta.
"Décadas de esfuerzos contra las minas antipersona y las municiones en racimo han demostrado que la seguridad duradera no puede basarse en armas que matan sin distinción, que permanecen enterradas mucho después de que los conflictos hayan terminado, siguen mutilando a civiles y destruyen los medios de subsistencia de comunidades enteras", señaló.
La ONG asegura que las minas antipersona no sirven para defender fronteras, sino que se trata de "trampas mortales" que no protegen a la población sino que "la ponen en peligro durante generaciones".
"Handicap International condena sin equívocos esta declaración pública y exige que todos los Estados parte del Tratado de Prohibición de Minas tomen medidas urgentes y decisivas para evitar una erosión catastrófica de la protección de los civiles", señaló la ONG, que agregó que aún no es demasiado tarde para que Polonia, Estonia, Letonia y Lituania "den marcha atrás".