En una conversación telefónica con el New York Times, Schiff (71 años), reconocido mundialmente por sus interpretaciones de Bach y Mozart, describió las políticas de Trump que motivan su decisión: "su actitud con respecto a Ucrania, sus ansias expansionistas con Groenlandia, Canadá y Gaza, la deportación de inmigrantes y el apoyo a la extrema derecha en Alemania".
Todo esto equivale a "un matonismo difícil de creer" en la escena internacional, y se suma al hecho de que "ha traído una fealdad a este mundo que antes no existía".
No es el primer músico que boicotea Estados Unidos por culpa de Trump: el pasado mes el violinista alemán Christian Tetzlaff anunció también que dejaba de tocar en Estados Unidos en protesta por el acercamiento del país a Rusia, entre otras razones.
Cuando se conoció el boicoteo de Tetzlaff, uno de los portavoces de la Casa Blanca dijo al rotativo neoyorquino por todo comentario: "America First" (Estados Unidos primero).
András Schiff, descendiente de una familia judía, es nativo de Hungría y nacionalizado británico, y no ha regresado a su país natal desde 2010 para expresar su desacuerdo con el primer ministro, Viktor Orbán. Del mismo modo, se ha negado a tocar en Rusia desde la invasión de Ucrania en 2022.
Schiff, que ha residido en varios países, no tiene por costumbre quedarse callado en los debates sociales; así, en los años 2000, cuando vivía en Austria, habló abiertamente contra el discurso antinmigración y ciertas actitudes antisemitas de los políticos conservadores, contagiados por la extrema derecha.