"Estoy muy decepcionada y enfadada. Hasta el día de hoy hemos visto cómo la presión militar se ha cobrado la vida de decenas de rehenes y no ha logrado apenas rescatar a ninguno. Solo un acuerdo, insistimos, puede poner fin a esta pesadilla", explica a EFE Mayer frente al Parlamento israelí donde este martes tuvo lugar una pequeña protesta.
Tras dos meses de alto el fuego, esta madrugada -y sin previo aviso- el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, junto al ministro de Defensa, Israel Katz, ordenaron reanudar los ataques contra la franja -aún devastada por los anteriores 16 meses de ataques- causando más de 400 muertos y 570 heridos, la mayoría mujeres y niños, según cifras de las autoridades palestinas.
"He visto imágenes de los niños muertos hoy. Son personas inocentes, no son el enemigo. El enemigo es Hamás. Y ahora mismo no hay ninguna justificación para volver a la guerra", indica enfadada, Efrat Ben Batak, una mujer israelí que también participó en la concentración.
Michel Illouz tampoco puede entender por qué el Gobierno israelí ha hecho saltar por los aires el alto el fuego, cuya primera fase permitió la liberación de 38 rehenes a cambio de la excarcelación de 1.900 presos y detenidos palestinos, sin antes garantizar el retorno de los 59 cautivos que siguen aún en la Franja; más de una treintena ya muertos.
El hijo de Illouz es, precisamente, uno de los cuerpos que los islamistas todavía retienen en el enclave después de que lo mataran en el festival musical Nova, donde milicianos de Hamás y otras facciones perpetraron una de las peores masacres con 360 muertos.
"Es increíble que necesitemos rogar a nuestro Gobierno para que mi hijo y el resto de rehenes vuelvan a casa. Cada día me cuesta más mantener la esperanza y me pregunto cuándo mi vida podrá volver a su normalidad", cuenta Illouz, que lleva una camiseta con una fotografía estampada de su hijo.
"Un uso cínico de la guerra"
Para otros muchos, como Joni Sarig, no es sorprendente que este martes Netanyahu retomara la guerra, el mismo día que debía -una vez más- testificar en sus juicios por corrupción y que había convocadas protestas en varias ciudades después de anunciara que pretendía despedir al jefe del Shin Bet, los servicios secretos israelíes, por la creciente "desconfianza" entre ambos.
"Está haciendo un uso cínico de la guerra para mantenerse en el poder, aunque eso signifique sacrificar la vida de nuestros soldados y de los gazatíes inocentes", lamenta este israelí.
Por otra parte, algunos de los exrehenes han querido también mostrar públicamente su rechazo. El israelí Eliya Cohen, liberado el pasado 22 de febrero en un intercambio por palestinos, se preguntó en Instagram ¿qué significan esta anarquía y desconsideración por las vidas humanas?", dijo en un mensaje mencionando al aún rehén Alon Ohel, uno de los asistentes al festival musical Nova.
La rehén rescatada Noa Argamani instó en X a que se tomen medidas para salvar a quienes aún se encuentran en cautiverio. "Todas las esperanzas se desvanecen en un instante", dijo la joven, cuya pareja Avinatan Or sigue cautivo.
"Lo siento, Avinatan... durante 529 días no has visto la luz del día. Lamento que te hayan dejado atrás", añadió.