En un comunicado, el ejecutivo gazatí de Hamás afirma que el Ejército de Israel "intenta engañar a la opinión pública mundial con acusaciones infundadas contra las víctimas, haciendo afirmaciones falsas sin pruebas" sobre ellas.
El ataque -el más mortal desde la tregua- se produjo en Beit Lahiya, donde el Ejército israelí bombardeó a un grupo de personas que estaban operando un dron y, después, atacó un coche en el que viajaban quienes habían recogido el dispositivo.
El Sindicato de Periodistas Palestinos afirma que cuatro de los muertos eran periodistas -uno era un fotógrafo que colaboraba para la agencia Anadolu-, pero el Ejército israelí asegura que seis eran "terroristas", que dos trabajaban como periodistas "de manera encubierta" y que operaban un dron perteneciente a la Yihad Islámica Palestina.
Además, el Ministerio de Sanidad del Gobierno de Hamás en la Franja asegura que el ataque afectó a trabajadores humanitarios de una misión de la Fundación Al Khair, una organización de caridad musulmana.
En su nota, el Gobierno gazatí critica varios datos como falsos en el comunicado publicado este domingo por el Ejército israelí afirmando que se trataba de milicianos, como que contiene una foto errónea de uno de ellos y que uno de los nombres no pertenece a un fallecido.
Para el Gobierno de Gaza, el Ejército israelí "era plenamente consciente de su labor humanitaria, documentada por sus drones y cámaras de reconocimiento desplegadas cerca del lugar".