"Nuestros equipos en Nablus atienden a un hombre de unos 22 años con heridas muy graves, procedente de la ciudad de Kfar Salem, que recibió un disparo en la cabeza", confirmó horas antes sobre su trasladado al hospital el servicio de emergencias la Media Luna Roja Palestina.
Desde el 21 de enero, coincidiendo con una ofensiva militar israelí aún en curso contra el norte de Cisjordania ocupada -que ha causado el desplazamiento de unos 40.000 palestinos de los campamentos de refugiados-, al menos 75 palestinos han muerto por fuego israelí, según datos de la agencia de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
De ellos, 61 fueron asesinados en las provincias de Yenín, Tulkarem y Tubas, incluidos ocho niños y dos mujeres -una de ellas embarazada de ocho meses.
Desde el lunes, la presencia militar en la ciudad de Yenín se ha intensificado, causando el desplazamiento forzoso de al menos 500 personas de tres barrios de la parte oriental de la ciudad, según las autoridades locales.
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Además, el acceso al agua sigue siendo precario, especialmente en la ciudad de Yenín debido a los graves daños sufridos por las excavadoras israelíes. Según la municipalidad de Yenín, el 30 % de los barrios del este (unas 3.000 personas) han estado sin agua durante una semana, mientras que unas 15.000 personas en los barrios occidentales dependen del transporte de agua por camión cisterna.
La ofensiva israelí contra el norte de Cisjordania ya ha entrado en su octava semana, lo que la convierte en la más larga desde principios de los años 2000. En la ciudad de Tulkarem y sus dos campos de refugiados (Tulkarem y Nur Shams), la operación militar lleva un mes en marcha.
