"Rechazamos categóricamente las acusaciones infundadas del portavoz paquistaní que vincula el ataque a un tren de pasajeros en la provincia de Baluchistán con Afganistán", dijo en X el portavoz del Ministerio de Exteriores de los talibanes, Abdul Qahar Balkhi.
El portavoz agregó que ningún miembro de la insurgencia baluchi, que se atribuyó el secuestro, "tiene presencia en Afganistán, ni ha tenido ni tiene vínculo alguno con el Emirato Islámico (como se autodenominan los talibanes)".
El Jaffar Express fue secuestrado el martes por el Ejército de Liberación de Baluchistán (BLA) cuando cubría el trayecto entre las ciudades paquistaníes de Quetta (provincia del Baluchistán) y Peshawar (provincia de Khyber Pakhtunkhwa) con 440 pasajeros a bordo, incluidos más cien miembros del personal de seguridad.
Los insurgentes pusieron una bomba en las vías para obligar al tren a detenerse, tras lo que tomaron como rehenes a los pasajeros.
El secuestro dio paso a un largo enfrentamiento entre los insurgentes y las fuerzas de seguridad paquistaníes que finalizó anoche, según el Ejército paquistaní, que indicó que 21 personas murieron durante el secuestro, mientras que cuatro soldados y 33 militantes del BLA fallecieron durante la operación de rescate.
El portavoz del ministerio paquistaní de Exteriores, Shafqat Khan, dijo este jueves que los insurgentes "estuvieron en comunicación directa con los planificadores radicados en Afganistán durante todo el incidente", enfatizando las repetidas llamadas de Pakistán a Afganistán para que impida que su territorio sea utilizado por grupos terroristas como el BLA para lanzar ataques contra Pakistán.
Sin embargo, los talibanes siempre han negado hasta ahora que Afganistán albergue a grupos insurgentes, como denuncia Islamabad.
Esta tensión ha dado lugar a bombardeos puntuales entre ambos países en zonas fronterizas, iniciados por Pakistán bajo el pretexto de estar dirigidos contra campamentos de la insurgencia en Afganistán.