De acuerdo con el estudio, los estados más apegados a este modelo son la capital, Ciudad de México, Querétaro, Jalisco y Aguascalientes, en las regiones del bajío y el centro del país, seguidos del norteño Nuevo León.
Este estudio evalúa la capacidad de cada entidad para equilibrar innovación tecnológica, progreso social y sostenibilidad, elementos clave para capitalizar el fenómeno de la relocalización de las cadenas de suministro, también denominado ‘nearshoring’, y atraer inversiones de alto valor.
A diferencia de la Industria 4.0, centrada en la automatización y el internet de las cosas, la Industria 5.0 busca integrar la tecnología con el talento humano, promoviendo una manufactura más ágil y personalizada.
Para este informe Finsa tomo tres pilares clave como la innovación, parte de la denominada industria 4.0, en donde evaluó el número de investigadores en carreras de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, llamadas STEM y solicitudes de patentes.
Además, del desarrollo social, donde ponderó el ingreso y nivel educativo promedio, así como indicadores ambientales relacionados con la Sostenibilidad: indicadores ambientales ponderados.
En este sentido, el estudio también revela disparidades entre los estados mexicanos, pues si bien estados como Morelos, Guanajuato y la misma Ciudad de México lideran en innovación, aún muestran rezagos en desarrollo social y sostenibilidad.
Por otro lado, entidades como Aguascalientes y Tlaxcala han logrado importantes avances en bienestar social y ambiental sin encabezar la lista en innovación.
San Luis Potosí y Coahuila destacan por su equilibrio entre los tres factores, lo que los hace altamente competitivos en el panorama industrial, mientras que Yucatán, Chihuahua, Nuevo León y Querétaro han retrocedido en desarrollo sostenible.
Sergio Argüelles, CEO y presidente de FINSA, subrayó la importancia de este modelo para atraer inversión extranjera.
“Para capitalizar totalmente el ‘nearshoring’, no solo basta con infraestructura y geolocalización. Es clave fortalecer la innovación tecnológica junto con el bienestar social y la sostenibilidad ambiental”, afirmó a EFE.
Además, consideró que la dopción de la industria 5.0 permitirá que México no solo ensamble productos, “sino que participe en el diseño, la personalización y el desarrollo de soluciones tecnológicas que respondan a las necesidades del mercado. Esto impulsará la diversificación de la economía y atraerá inversiones de alto valor”.
El nearshoring ha posicionado a México como un destino estratégico para empresas que buscan reducir su dependencia de Asia y acercarse a mercados norteamericanos, señaló Argüelles.
No obstante, añadió, la competitividad del país debe ir más allá de costos laborales y ubicación, enfocándose en una manufactura más sofisticada y sustentable.