El escritor Sansal vuele a la cárcel de Argel pero Francia está preocupada por su salud

París, 28 ene (EFE).- El escritor franco-argelino Boualem Sansal ya no está hospitalizado y ha sido internado de nuevo en una cárcel cerca de Argel, donde las autoridades argelinas siguen sin autorizar que Francia ejerza la autoridad consular.

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Esta es la situación que ha descrito este martes el ministro francés de Exteriores, Jean-Noël Barrot, sobre Sansal, detenido desde su llegada a Argelia en noviembre, acusado por la Justicia de poner en peligro la seguridad del Estado, y convertido en un nuevo contencioso en las malas relaciones entre París y Argel.

"Estoy muy preocupado por su salud", ha señalado Barrot en una entrevista a la emisora Sud Radio en la que ha contado que su esposa puede visitarlo una vez por semana y que Francia ha solicitado ejercer su protección consular aunque "por el momento no lo hemos conseguido".

Sansal, que en sus escritos ha criticado abiertamente el régimen argelino y, entre otras cosas, su posición sobre el Sahara Occidental, vive la mayor parte del tiempo en Francia, donde fue naturalizado el pasado año.

Su abogado francés, François Zimeray, dijo que sospechaba que su encarcelamiento y la acusación de atentar contra la seguridad del Estado es porque se le echa en cara sobre todo unas declaraciones que Sansal hizo a un medio de extrema derecha en Francia en las que contaba que una parte del actual territorio argelino formaba parte históricamente de Marruecos y le fue atribuido a ese país durante la colonización francesa.

El jefe de la diplomacia francesa ha afirmado este martes que esperan que haya una decisión judicial "lo más rápido posible".

También ha repetido su disposición para viajar a Argelia para abordar todos los puntos de tensión de la situación bilateral, pero no ha recibido respuesta de Argel.

Las relaciones entre los dos países viven continuos altibajos, pero se deterioraron seriamente desde que el presidente francés, Emmanuel Macron, dijera el pasado 30 de julio que el plan marroquí de autonomía para el Sahara Occidental es "la única base" para una solución a la crisis en la que está sumida desde hace medio siglo la antigua colonia española.

Argel, que es el principal soporte del Polisario, retiró inmediatamente a su embajador en París y desde entonces ha hecho una serie de gestos de distanciamiento.

Un elemento que envenena las relaciones bilaterales es la inmigración, con la amenaza de fondo por parte de algunos miembros del Gobierno francés de revisar un acuerdo migratorio de 1968.

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