"Quiero renovar mi oferta a los socialdemócratas y a Los Verdes, pero también al FDP, para que sigan este camino con nosotros", dijo, al referirse a su plan de cinco puntos presentado la semana pasada y que pasa por "una prohibición de facto" a la entrada de migrantes irregulares.
Aseguró no buscar otras mayorías en el Bundestag, la cámara baja del Parlamento alemán, y agregó que lo que le gustaría es que los tres partidos de la antigua coalición de gobierno liderada por el canciller, Olaf Scholz, "entren de una vez por todas en razón y tomen medidas legislativas" que permitan reducir drásticamente la inmigración ilegal en Alemania.
Respecto a la declaración de gobierno que Scholz tiene previsto pronunciar ante el Bundestag el miércoles, una semana después de que un ciudadano afgano con problemas psiquiátricos y una orden de expulsión matase a cuchilladas a un hombre y un niño de dos años en un parque en el sur de Alemania, le pidió que no se limite a emitir un discurso, sino a tomar decisiones ya para poner fin a la inmigración ilegal.
Agregó que su partido presentará dos mociones sobre migración -su plan de cinco puntos y otra para un cambio político en materia de seguridad interior-, además de un proyecto de ley para frenar la inmigración ilegal con el fin de someterlo a votación, dado el caso, este mismo viernes.
"Y entonces dependerá del SPD, los Verdes y el FDP evitar mayorías que ninguno de nosotros desea", dijo en alusión a un apoyo de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), al tiempo que señaló, al defender su línea dura de política migratoria, que "lo que es correcto en materia no se convierte en equivocado porque voten a favor las personas equivocadas".
Aseguró que esta semana pasará "de manera muy consecuente" con estos temas por el Bundestag y subrayó que no dejará que ni socialdemócratas, ni Verdes, ni desde luego la AfD les digan qué mociones y que proyectos de ley someten a votación.
Merz instó asimismo a una expulsión consecuente de aquellos obligados a abandonar el país, que cifró en 40.000 personas, y criticó que el último vuelo de repatriación a Afganistán date de agosto del año pasado, lo cual refleja, dijo, la falta de voluntad del gobierno de resolver el problema.
También volvió a defender el rechazo en la frontera a la entrada en el país a aquellos que no tengan la documentación necesaria para su ingreso.