Tras seis días de juicio, durante los que declararon testigos, peritos y acusados, al jurado le bastó una jornada para discernir por unanimidad los hechos que demuestran la culpabilidad de los encausados.
El jurado considera que ambos, un hombre y su excompañera sentimental, mataron a la joven, quien como la otra mujer estaba prostituida.
Los tres acudieron al chalé propiedad del hombre para celebrar una fiesta privada, donde mantuvieron relaciones sexuales y consumieron alcohol y drogas, según el relato acreditado en el juicio.
Los miembros del jurado apuntaron que, según todas las pruebas, la joven mantuvo una discusión con la otra mujer, también de origen paraguayo, y que los dos acusados le propinaron una paliza que le causó hasta 66 heridas, para posteriormente ser atada y maniatada con cinta aislante y colchas, lo que finalmente le produjo la muerte por asfixia.
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Propietario de chalé no dejó entrar a la policía
También considera probado que una vez personada la policía española en el chalé, el propietario no dejó entrar a los agentes y no fue hasta media hora más tarde cuando pudieron hacerlo.
En ese momento el hombre señaló dónde se encontraba el cuerpo de la joven y él mismo reconoció que “estaba muerta y bien muerta”, responsabilizando a la otra mujer.
El jurado no tuvo en cuenta las atenuantes solicitadas por las defensas, al considerar que agredieron a la víctima con conocimiento y con la intención de causarle el mayor daño posible, mientras que considera no probado que los acusados tuvieran limitadas sus facultades por el consumo de alcohol y drogas.
La Fiscalía solicitó una pena de 23 años de prisión por un delito de asesinato con los agravantes de alevosía y ensañamiento, pena a la que se sumó la acusación particular, así como diversas indemnizaciones a la madre y tía de la fallecida, mientras que las defensas pidieron la pena mínima para el rango del delito.
En los próximos días el juez dictará la sentencia final.