Primer paso parlamentario para cambiar el delito de violación en Francia tras caso Pelicot

París, 21 ene (EFE).- La Asamblea Nacional francesa dio este martes el que podría ser el primer paso después del caso Pelicot para modificar la definición del delito de violación con la inclusión de la falta de consentimiento como elemento central.

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Dos diputadas, la macronista Véronique Riotton y la ecologista Marie-Charlotte Garin, presentaron un informe resultado de más de un año de audiencias con expertos, profesionales y asociaciones de apoyo a las víctimas, que pretende ser la base para una proposición de ley que debe discutirse a comienzos de la primavera.

Riotton explicó, en una entrevista a la emisora France Info, que la suya será una proposición de ley multipartidista que se debatirá en la cámara de diputados en la semana del 31 de marzo al 4 de abril.

Según estas dos parlamentarias, el consentimiento está omnipresente en todos los juicios por violación, pero no aparece en la definición de los delitos de violación y agresión sexual.

"La legislación tal y como está escrita ahora no cumple su función", se quejó Riotton, que dijo que en 2022 hubo 270.000 víctimas de violencia sexual pero únicamente 1.200 condenas por violación.

A partir de las estadísticas con las que han trabajado las dos parlamentarias, alrededor del 73 % de las denuncias por violencia sexual son desestimadas, incluso cuando se identifica al agresor.

Su conclusión es que eso genera un "clima de impunidad y una sensación de abandono entre las víctimas que las autoridades públicas deben abordar urgentemente".

"La ley ahora no es suficientemente represiva" y la consecuencia es que la delincuencia sexual "no retrocede lo suficiente".

En el Código Penal francés se califica la violación como "cualquier acto de penetración sexual de cualquier tipo o cualquier acto buco-genital cometido contra otra persona (...) mediante violencia, obligación, amenaza o sorpresa".

En febrero del pasado año, la senadora ecologista Mélanie Vogel, había presentado una proposición de ley para modificarlo y añadir que sería delito la coletilla "sin consentimiento" y la precisión de que ese consentimiento no se puede dar por válido cuando una persona está sometida a violencia, obligación, amenaza o sorpresa, y también que se puede retirar en cualquier momento".

Ese trabajo, sin embargo, quedó aparcado por la crisis política que ha vivido Francia en los últimos meses, tras la disolución de la Asamblea Nacional decidida por el presidente, Emmanuel Macron, tras el revés que sufrió en las elecciones europeas en junio.

Riotton y Garin pretenden tomar el relevo y volver a la carga con la noción de consentimiento para, en palabras de la primera, "cambiar de paradigma" y "cambiar las relaciones entre los hombres y las mujeres en el acto sexual", aunque son conscientes de que "esta reforma no lo resuelve todo".

Cuatro elementos determinarían el consentimiento para poder establecer si hay o no delito de violación: que se haya dado de forma libre, que sea específico para cada acto sexual (se puede haber otorgado para una penetración vaginal, pero no para una anal), que se aprecie en el contexto y que sea explícito (el silencio no lo es).

El presidente francés, Emmanuel Macron, se ha declarado en favor de incorporar la cuestión de la falta de consentimiento en el delito de violación, pero dentro de Francia hay un cierto debate, en particular en el movimiento feminista, donde no hay unanimidad de posiciones.

Algunos han manifestado su inquietud ante la posibilidad de que se invierta la situación y que sean las mujeres supuestamente agredidas (o las víctimas en general) las que tengan que probar que no dieron su consentimiento, y no los agresores.

También los hay que han criticado una deriva "de tipo contractual" de las relaciones sexuales.

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