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Al igual que los paraguayos, cada año miles de argentinos viajan a Brasil para disfrutar de las playas en esta temporada veraniega. Dicho país se caracteriza por la gran cantidad de radares colocados en sus rutas principales, para detectar y sancionar a conductores que superen los límites de velocidad o cometan infracciones en el tránsito.
Muchos conductores están intentando escapar de esas multas con una “maniobra” que fue detectada por los agentes de la Policía Rodoviaria Federal de Brasil (PRF).
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Dicha institución reveló que este año aumentó considerablemente en el estado de Río Grande do Sul la cantidad de turistas argentinos que “intervienen” las chapas de sus vehículos para evitar ser sancionados por exceso de velocidad en las rutas que conducen a las playas.
La mayoría de los casos fueron detectados en la ruta BR 290, la más utilizada por los turistas argentinos, según informa Clarín a través de su página digital.
Los conductores que fueron “pillados” utilizan cinta aisladora o marcadores. Incluso también algunos fingen salpicaduras de barro muy específicas o cuelgan telas en la parte trasera de las camionetas, para cubrir “accidentalmente” las chapas.
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¿Qué pasa si detectan chapas ilegibles?
Considerando que numerosos paraguayos también son habitúes de estas rutas principales que conducen a las playas de Brasil, es importante alertar que estos casos están siendo sancionados por los agentes de tránsito.
La PRF considera que los que optan por adulterar las chapas para evitar ser captados por los radares lo hacen porque tienen tomada la decisión de violar las velocidades máximas establecidas.
En todo 2024 multó a 997 conductores extranjeros por circular con placas ilegibles. La mayoría eran argentinos, señalaron.
Esto cuesta la multa
Para la legislación brasileña se trata de “una infracción grave”, motivo por el cual se obliga al conductor a subsanar la adulteración para evitar la retención del vehículo y su traslado a un corralón.
Los agentes de la Rodoviaria también retienen los vehículos que presentan las patentes despintadas por acción de los productos químicos utilizados en los lavaderos, o simplemente por mala calidad en su confección.
En las rutas de Brasil la velocidad máxima es de 100 kilómetros por hora en las vías de un carril por lado y de 110 en las autovías. Y las multas son muy elevadas para los infractores: arrancan en 880 reales (más de G. 1.100.000).