El Ministerio de Exteriores de España confirmó el jueves el "secuestro de un ciudadano español en el norte de África".
Dos fuentes cercanas a la investigación dijeron a EFE que el español fue secuestrado por miembros de un grupo yihadista. Este ciudadano fue supuestamente trasladado a Mali, según informaciones preliminares no confirmadas.
El periodista Ali Ansari, especializado en el Sahel, explicó a EFE que la región señalada como supuesto lugar donde se produjo el secuestro no es una zona donde están activos grupos yihadistas y cree que podría tratarse de bandas criminales que se dedican a esta actividad a cambio de un rescate.
Por su parte, el presidente del Centro Internacional de Estudios y Reflexiones sobre el Sahel (CIRES), Seidik Abba, lamentó un empeoramiento de la situación de seguridad en el Sahel: "Hoy en día, tenemos más víctimas entre los civiles que los efectivos de seguridad".
Los secuestros en el Sahel son habitualmente realizados por grupos yihadistas como el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM, la filial de Al Qaeda) y Estado Islámico en el Gran Sáhara (EIGS), o grupos criminales activos en la zona que tratan de lucrarse de esta actividad y vender a los rehenes a sus respectivos gobiernos o a yihadistas.
En Mali por ejemplo -gobernado desde 2020 por una junta militar golpista- ha habido un recrudecimiento de los secuestros de ciudadanos locales y también de personalidades religiosas o étnicas, llevados a cabo muy a menudo por grupos criminales que aprovechan la debilidad del Gobierno central para retener a personas, a veces humildes campesinos, a cambio de dinero.
En este país se han producido también múltiples secuestros de ciudadanos occidentales, entre ellos se destaca en mayo de 2022 por el JNIM de tres italianos que fueron liberados en febrero de 2024. Según los analistas, la organización yihadista se ha ido distanciando de los secuestros desde aquella fecha.
Su rival en el Sahel, EIGS, también realiza secuestros pero en muchos casos mata a los rehenes.
Por ejemplo, en su boletín semanal emitido este jueves, la organización terrorista aseguró haber secuestrado a 21 personas en varios ataques esta semana en el Congo. Estos ataques, dirigidos contra civiles cristianos, también resultaron en decenas de muertos, y muchas de las víctimas fueron ejecutadas tras ser retenidas.
Níger -gobernado también por una junta militar golpista desde 2023- es otro país de la zona que sufre los secuestros. En octubre de 2020, un grupo armado no identificado secuestró en un pueblo nigerino fronterizo con Nigeria a Philip Walton, un estadounidense de 27 años.
El norteamericano fue rescatado una semana después en una operación en el norte de Nigeria llevada a cabo por fuerzas especiales de EE.UU. Los medios estadounidenses apuntaban entonces que sus captores buscaban vender a Walton a grupos terroristas que operan en la región del Sahel.
El último secuestro en el país se produjo el pasado 11 de enero, cuando hombres armados no identificados secuestraron en la localidad norteña de Agadez a Eva Gretzmacher, una austríaca de 70 años. JNIM negó posteriormente en un comunicado difundido por sus redes su responsabilidad sobre el rapto.
El experto Seidik Abba lamentó que los conflictos en el Sahel pasaron a un segundo plano en la agenda internacional a causa de la guerra en Ucrania y el conflicto de Oriente Medio, al tiempo que sugiere "cambiar de estrategias para obtener mejores resultados".
Según Abba, Argelia, -actualmente miembro no permanente que asume la presidencia rotativa del Consejo de Seguridad de la ONU- puede jugar un papel importante a pesar de sus tensiones que tiene con algunos países del Sahel y tratar de imponer el conflicto en esta zona en la agenda internacional.