“Durante las últimas horas hemos recibido la información de que Muñoz Hoffman fue liberado. Desconocemos los motivos de esta acción, pese a la existencia de una orden internacional de captura”, dijo el canciller chileno, Alberto van Klaveren, en un video enviado a la prensa.
Muñoz Hoffman había sido detenido el lunes en La Paz y era buscado desde diciembre de 1996, cuando escapó de una prisión de alta seguridad en Chile en una cinematográfica fuga que incluyó la intervención de un helicóptero secuestrado.
El director de la Interpol de Bolivia, Juan Carlos Bazualto, explicó que el exguerrillero fue capturado cuando “se encontraba en inmediaciones del consulado chileno” en La Paz. “Una vez que somos alertados (...), lo interceptamos y logramos dar con la verdadera identidad de esa persona”, agregó.
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Casi de inmediato se iniciaron trámites para entregar al fugitivo -que se encontraba en Bolivia de manera irregular- a las autoridades chilenas, afirmó el jefe policial.
Sin embargo, el canciller chileno afirmó que “ante una evaluación hecha por las autoridades locales relativa a aspectos jurídicos, se suspendió la expulsión”.
Las autoridades bolivianas no se han pronunciado sobre la liberación del exguerrillero chileno.
Según Van Klaveren, agotarán “todos los esfuerzos” y se usará “todos los mecanismos” de los que dispone para que Muñoz Hoffman enfrente la justicia chilena.
La Policía de Investigaciones (PDI) de Chile informó que existía contra el exguerrillero una “notificación roja” y “dos órdenes de aprehensión (...) por infracción a la Ley de Armas, secuestro y fuga del territorio nacional”.
Al momento de su escape, orquestado por un comando guerrillero, Muñoz Hoffman purgaba una condena de cuatro años de prisión por el delito de asociación ilícita terrorista. También fue acusado por el robo de un camión de valores que estaba entregando dinero a un banco.
En el grupo de fugados estaban Ricardo Palma Salamanca, Mauricio Hernández Norambuena y Patricio Ortiz. Los dos primeros cumplían prisión perpetua por formar parte del comando que en abril de 1991 asesinó al senador ultraderechista Jaime Guzmán.
Palma Salamanca fue detenido en París en 2018 y se le concedió asilo político, mientras que Hernández Norambuena cumple una pena de 30 años en Brasil por un secuestro perpetrado en 2002. Ortiz recibió asilo político en Suiza.
La policía boliviana dijo que el exguerrillero ingresó a ese país por pasos fronterizos ilegales, aunque no precisó cuánto tiempo permaneció allí.