Durante el encuentro Blinken dijo que "como amigo de la República de Corea (nombre oficial del país), los Estados Unidos tienen plena confianza en la fortaleza de la democracia coreana así como en el liderazgo del Gobierno Choi, y enfatizó que el compromiso de EE.UU. para con la defensa de la República de Corea se mantiene intacto", según un comunicado del Ministerio de Finanzas surcoreano.
Choi agradeció el firme apoyo y la confianza de Washington y señaló que la visita de Blinken en sí misma es un testimonio de la "inquebrantable fortaleza" de la alianza entre Corea del Sur y Estados Unidos.
La visita del secretario de Estado se produce en medio de grandes incertidumbres políticas tras la destitución del presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, a cuenta de su fallido intento de imponer la ley marcial el pasado 3 de diciembre.
Choi, que es viceprimer ministro y titular de Finanzas, asumió el papel de presidente interino después de que la Asamblea Nacional (Parlamento) votara a favor de destituir a Yoon el pasado 14 de diciembre y luego al presidente interino y primer ministro, Han Duck-soo, dos semanas después.
"La alianza de 70 años entre Corea del Sur y Estados Unidos sigue siendo una piedra angular para la paz y la estabilidad en la península de Corea y en la región del Indo Pacífico", añadió Blinken, quien elogió el progreso logrado a través de la cooperación trilateral entre Corea del Sur, Japón y Estados Unidos, en particular después de la histórica cumbre de Camp David de agosto de 2023.
En esa cumbre, Yoon, el presidente estadounidense, Joe Biden, y el entonces primer ministro japonés Fumio Kishida cimentaron la cooperación trilateral en materia de defensa para hacer frente a Corea del Norte, que hoy mismo lanzó un misil balístico, el primer ensayo de este tipo en dos meses.
Sin embargo, el lanzamiento parece quedar en cierta medida en segundo plano en un momento en el que Pionyang ha dado la espalda al diálogo mientras fortalece enormemente su cooperación militar con Moscú.
A su vez, el foco de la visita de Blinken está también en el hecho de que será su última a Corea del Sur en el cargo, ya que en 14 días Donald Trump se convertirá en presidente de EE.UU..
Trump no solo ha amenazado con exigir mucho más dinero a Seúl por la presencia de tropas estadounidenses en su territorio, sino que podría optar por implementar aranceles a las exportaciones surcoreanas -lo que haría un daño tremendo a la cuarta economía de Asia, que depende en más de un 40 % del sector exterior- y por activar una guerra comercial abierta que igualmente dañaría mucho a Corea del Sur.
De este modo, la visita de Blinken, que tiene previsto reunirse hoy con su homólogo surcoreano, Cho Tae-yul, parece responder a la necesidad de reafirmar los lazos institucionales de ambos aliados ante el posible terremoto que puede desatar Trump al llegar la Presidencia.