“Las hostilidades alrededor de los hospitales y en el interior de éstos han arrasado el sistema sanitario en el norte de Gaza, lo que coloca a los civiles en una situación de riesgo inaceptable”, afirmó en un comunicado el CICR, que reiteró su llamamiento al respeto y protección de este tipo de instalaciones.
"Es una obligación legal y un imperativo moral para preservar la vida humana", añadió, recordando que no sólo el Kamal Adwan sino otro gran hospital del norte de la Franja, el Indonesio, también está prácticamente paralizado por las hostilidades.
En otro comunicado, 11 relatores y expertos en derechos humanos de Naciones Unidas denunciaron igualmente los ataques indiscriminados contra el Kamal Adwan, "contrarios a las obligaciones legales de Israel de garantizar la protección de la población civil".
"Nos inquieta que el reciente asedio, junto con el aumento de las órdenes de evacuación, busque el desplazamiento permanente de la población local como antecedente para una futura anexión de Gaza, en violación de la ley internacional", aseguraron los expertos, entre ellos la relatora para los Territorios Palestinos Francesca Albanese.
El Ejército israelí irrumpió el viernes en el interior del hospital Kamal Adwan en Beit Lahia, uno de los pocos que quedaban parcialmente operativos en el norte de la Franja, y prendió fuego a sus instalaciones.
Justificó su asalto con el argumento de que militantes del grupo islamista palestino Hamás, que controla Gaza, estaban usando sus instalaciones como escondite y para planear nuevos ataques contra Israel.
Las tropas israelíes detuvieron a casi todos los enfermos, acompañantes, desplazados y personal médico, los obligaron a ir a pie al patio de una escuela cercana, y los registraron e interrogaron.
Muchos de ellos fueron liberados al día siguiente, pero entre los que siguen detenidos está el director del hospital, Husam Abu Safiya, quien llevaba más de dos meses al frente del centro en medio de fuertes ataques de Israel.