Tradicionalmente en el Vaticano no se celebran los cumpleaños sino los onomásticos pero Francisco, nacido el 17 de diciembre de 1936 en Buenos Aires, en el pasado sí optó por festejar este día especial, como cuando el año pasado, por ejemplo, ofreció una fiesta circense a los pacientes del hospital pediátrico de la Santa Sede.
Por ahora no ha trascendido cómo pasará el papa su cumpleaños, más allá de preparar la audiencia general con los fieles de cada miércoles, pero ya ha empezado a recibir algunas felicitaciones, mientras varios medios adelantan extractos de su próxima autobiografía, ‘Spera’, que se publicará el 14 de enero en Italia.
El presidente de la República italiana, Sergio Mattarella, le ha felicitado en una carta en la que, de paso, le agradece sus continua defensa de la paz o el entendimiento.
"Mientras múltiples focos de guerra, también cerca de Italia, siguen causando lutos y a lacerar el tejido social de enteras comunidades, sus palabras y llamamientos constituyen, para creyentes y no creyentes, un punto al que mirar en momentos de profunda angustia e íntima inquietud", reconoce el jefe de Estado italiano.
Las felicitaciones llegaron incluso desde el Parlamento italiano, de parte de la primera ministra, Giorgia Meloni, durante su intervención previa a su participación en el Consejo Europeo.
El pontífice sí tuvo la posibilidad de celebrar su cumpleaños por adelantado el pasado domingo, a bordo del avión de regreso de su viaje de la isla francesa de Córcega, cuando los periodistas que lo acompañaban le ofrecieron una tarta “falsa”.
El papa Francisco cumple 88 años: sus problemas de salud
Francisco llega a los 88 años a menudo visiblemente cansado y con unos conocidos problemas de rodilla que le obligan a moverse en silla de ruedas. De hecho, en la vuelta de Córcega renunció por primera vez a la tradicional rueda de prensa en el avión.
Pero mantiene la energía y en su horizonte afronta numerosos actos y planes, a pesar de que los sectores más conservadores de la Iglesia auguran un futuro cónclave.
En primer lugar, Bergoglio deberá presidir los actos de su decimosegunda Navidad como papa, que arrancarán el próximo 24 de diciembre con la Misa del Gallo de Nochebuena y culminarán el 6 de enero con la Epifanía del Señor.
Pero esta Navidad, en la misma tarde del 24 de diciembre, tendrá lugar un hecho importante en su pontificado: la apertura de la Puerta Santa de la basílica de San Pedro del Vaticano que marcará el inicio del Jubileo, algo que se repite cada cuarto de siglo (aunque Francisco celebró uno extraordinario en 2016).
Además, el 26 de diciembre Francisco acudirá a la prisión romana de Rebibbia para abrir, en su interior, otra Puerta Santa como símbolo de misericordia e reconciliación con los presos.
Será un Año Santo en el que la Santa Sede espera la llegada a Roma de unos 30 millones de peregrinos de todo el mundo, pues el Jubileo ofrece la indulgencia a los pecados a quienes crucen el umbral de la Puerta Santa (que ya ha sido descubierta para la ocasión).
Pero durante su transcurso el papa también presidirá distintos eventos con sectores concretos, como el Jubileo de las Fuerzas Armadas, de los comunicadores, de los artistas, de los médicos, los deportistas, los empresarios o los gobernantes, entre muchos otros.
Por otro lado, no descarta seguir volando a otros países, tanto que en su regreso de Córcega el pasado domingo se despidió de los reporteros con un “hasta el próximo viaje”.
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En los últimos tiempos ha reconocido su deseo de volar a las islas Canarias españolas, foco de la crisis migratoria entre África y Europa.
Pero también ha admitido que valora volver a Turquía para celebrar el 1.700 aniversario del Concilio de Nicea con los ortodoxos: "Creo que iré ahí", confesó el mes pasado en una audiencia con miembros de la Comisión Teológica Internacional.
Y eso que este 2024 ha cumplido el viaje más largo de su pontificado, que le llevó el pasado septiembre a Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur.