Karina Milei, "el jefe" y el poder en las sombras de la Casa Rosada

Pablo DuerBuenos Aires, 13 dic (EFE).- Hermana menor del presidente de Argentina, Javier Milei, y conocida en el oficialismo como “el jefe”, Karina Milei ha pasado de ser una empleada administrativa sin experiencia política a una pieza fundamental tanto del engranaje que llevó a su hermano a la Casa Rosada como del actual Gobierno.

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Nada parecía indicar que el recorrido de Karina Elizabeth Milei, nacida en Buenos Aires en 1973, pasaría por la cima de la política argentina.

Tras completar sus estudios secundarios en un colegio católico, se desempeñó como administrativa en distintos negocios, luego abrió un taller de reparación de neumáticos y más tarde se incorporó como asesora a una de las empresas de su padre.

En paralelo, estudió la carrera de Relaciones Públicas y se formó en mercadeo y comunicación, en ceremonial y protocolo y en organización de eventos.

El salto a la política

Su salto al escenario público ocurrió en 2021, cuando impulsó y coordinó la primera campaña política de su hermano, logrando su elección como diputado nacional.

Dos años más tarde, lideró la compleja estructura que llevó al partido La Libertad Avanza (LLA) a convertirse primero en un partido de alcance nacional y luego en Gobierno.

"Cuando ves esa parábola de vida, ahí está la ciudadana común que, de repente, se puso un objetivo: acompañar a su hermano en una incipiente carrera política. (...) Karina entendió que ahí había un 'producto'. Un día armó un candidato, y ese candidato llegó a ser presidente de la Nación", explica a EFE Victoria De Masi, periodista y autora del libro 'Karina. La Hermana. El Jefe. La Soberana', publicado este mes, cuando se cumple un año de la llegada de los Milei a la Presidencia.

Tras la asunción de Javier Milei en diciembre de 2023, y la posterior modificación por decreto de una medida que limitaba el acceso de familiares de miembros del Ejecutivo a cargos en el Estado, Karina se convirtió en la primera mujer en la historia argentina en asumir el puesto de secretaria general de la Presidencia.

Poco después, transfirió a su área tareas y responsabilidades previamente asignadas a carteras como Exteriores y Turismo, y fue colocando personas de su confianza en áreas estratégicas del Estado.

"El jefe"

El presidente, al que acompaña a casi todos sus actos y viajes oficiales, al punto de ocupar en la práctica el rol de primera dama, la llama 'el jefe' y ha llegado a compararla con un mesías y se presentó a sí mismo como un simple portavoz.

"Hay muchas decisiones que se cocinan en conversaciones privadas entre los hermanos y a quien nosotros vemos es a Javier. Pero ahí hubo otra persona que estuvo en la cocina de esa decisión y esa persona no habla. No es sombra del presidente, no lo eclipsa. Es su par, es su mano derecha, es alguien que tiene poder de veto y de voto", destaca De Masi, que resalta además que, dentro del partido, Karina "inspira miedo, respeto y lealtad".

Testimonios de personas cercanas a la hermana del mandatario recogidos por la prensa local apuntan a que la hermana del presidente no sólo tiene una fuerte influencia sobre él y sus decisiones, sino también sobre el funcionamiento cotidiano del partido y del Gobierno, al punto de decidir quién se queda y quién se va.

Ese poder, sumado al hecho de que nunca habla en público y no da entrevistas ni hace declaraciones, ha llevado a construir entre la política, prensa y sociedad argentinas una imagen misteriosa y temeraria de la secretaria general.

De Masi usa los términos "implacable", "pragmática", "perceptiva" e "intuitiva", y ve en las acciones y formas de Karina una suerte de revancha contra quienes la subestimaron durante la campaña, la tildaron de "hermana de" y la relegaron a un lugar de mera asistente por ser quien gestionaba la agenda política y mediática de Javier.

De cara a las elecciones legislativas previstas para octubre de 2025, la menor de los hermanos Milei parece más enfocada en consolidar la independencia de LLA a nivel nacional -para dejar de depender de otras fuerzas políticas- que en una candidatura propia.

"A mí me cuesta verla candidateada en las elecciones intermedias, pero sí me es más fácil imaginar una boleta que diga Milei-Milei", menciona la periodista, antes de concluir: "Creo que hay que empezar a entender que una señora que cocinaba tortas para vivir (...) hoy toma decisiones de Estado. Yo creo que hay mucha resistencia con eso y que es momento de empezar a aceptar que los comunes hoy son Gobierno".

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