"Sentí nuevamente la importancia de que los pueblos del mundo se esfuercen por alcanzar el entendimiento mutuo y trabajen juntos para construir un mundo pacífico", dijo Masako, en un texto acompañado por fotografías oficiales de la emperatriz vestida con un traje color marfil junto a su esposo.
Masako, cuya trayectoria en la familia imperial nipona se ha visto marcada por sus problemas de salud, también reflexionó sobre el año que concluye y que incluyó una visita oficial a Reino Unido junto al emperador Naruhito.
"Poder volver a visitar la nostálgica Universidad de Oxford después de 34 años fue una oportunidad especial y me emocionó profundamente", dijo la emperatriz y agradeció a los funcionarios japoneses y británicos por organizar la visita en junio.
Al repasar los acontecimientos del año, dijo que el premio Nobel de la Paz que recibió el grupo japonés de supervivientes de la bomba atómica Nihon Hidankyo fue uno de los acontecimientos que más le sorprendieron este año.
También mencionó al jugador de béisbol de los Dodgers de Los Ángeles y de origen japonés Shohei Ohtani, que ganó su tercer premio al Jugador Más Valioso este año, como un ejemplo de deportistas cuya dedicación inquebrantable "ofrece esperanza y coraje a muchos japoneses".
Estado de salud
En otro comunicado, sus médicos dijeron que su tratamiento sigue en curso y señalaron que tras las numerosas apariciones públicas de la emperatriz este año, necesita tiempo para recuperarse tras los periodos de mucha actividad.
"La emperatriz se esfuerza para poder llevar a cabo las actividades, pero todavía está en camino de recuperación y a veces se queda con cansancio. El grupo de medico espera que tome suficiente descanso, incluyendo paseos y algunos deportes", detalló el texto.
Masako accedió a la familia imperial en 1993 al casarse con el entonces príncipe heredero Naruhito -ahora emperador-, y accedió junto a su esposo al trono del Crisantemo en 2019 para inaugurar la era Reiwa.
Desde 2003, se ha visto obligada a reducir su agenda pública debido a una condición que la Agencia de la Casa Imperial ha calificado oficialmente como "desorden de ajuste", aunque los expertos lo denominaban depresión y lo achacaban a las excesivas presiones sobre su figura y a la rigidez del protocolo imperial.