La manifestación más actual de esa desconfianza fue hoy el intercambio de reproches entre el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, durante la apertura del Consejo Ministerial de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), que se celebra hasta mañana en La Valeta, la capital de Malta.
"La invasión a gran escala de Ucrania por parte de (el presidente ruso, Vladimir) Putin ha socavado los ideales de soberanía e igualdad soberana de las naciones, de la integridad territorial de los Estados y de autodeterminación de los pueblos", acusó Blinken, sentado a apenas 20 metros del ministro ruso.
"No queremos atacar a nadie. Es Estados Unidos quien nos ha atacado ahora por medio del régimen ucraniano", dijo por su parte Lavrov, quien agregó que Washington arma a los ucranianos y les ayuda a bombardear territorio ruso con armas de largo alcance.
Como es habitual en este tipo de encuentros desde el inicio de la invasión a Ucrania en febrero de 2022, la inmensa mayoría de los 57 países de la OSCE recriminaron a Rusia su violación de los principios de la organización.
Tsunami de desinformación
Lavrov captó pocas de esas críticas, ya que abandonó la sala poco después de su propio discurso, uno de los primeros, lo que le valió que Blinken le recriminara su falta de cortesía por no quedarse a escuchar a los demás.
Además, el secretario de Estado le acusó de "ahogar a quienes le escuchan en un tsunami de desinformación".
Durante su discurso, el ministro ruso negó la masacre de Bucha, cometida en 2022 por tropas rusas en esa ciudad ucraniana; acusó a Occidente de reactivar la Guerra Fría y alertó de que ahora podrían volverse caliente"; y en general dijo que EEUU y sus aliados en la OTAN y la UE imponen su visión a todo el planeta.
Los representantes de seis países -los tres bálticos más Ucrania, República Checa y Polonia- abandonaron la sala en protesta durante el discurso de Lavrov.
Menos tensión
Pese a esa tensión, el ambiente en este Consejo Ministerial de Malta es algo más relajado que el de diciembre pasado en la reunión que se celebró en Macedonia del Norte.
Para empezar, hubo muchas más protestas por la presencia de Lavrov en Skopie hace un año que en La Valeta ahora, pese a que es su primer viaje a un país de la Unión Europea desde la invasión de Ucrania.
A pesar de estar en la lista de sancionados, se le ha otorgado el permiso para viajar, al tratarse de un encuentro diplomático y de uno de los últimos foros donde Rusia y Occidente aún se sientan en la misma mesa.
De hecho, fuentes diplomáticas consultadas por EFE creen que, pese a las acusaciones por el ataque a Ucrania, el tono contra Rusia ha bajado y la OSCE se prepara para lo que pueda suponer un eventual giro en el apoyo incondicional que EEUU viene dando a Ucrania, una vez que el republicano Donald Trump asuma la presidencia, el próximo 20 de enero.
Trump ha prometido forzar a invasor e invadido a llegar a un alto el fuego e incluso a un acuerdo de paz.
Aunque sería difícil que la OSCE juegue un papel en esas conversaciones, sí que podría participar activamente en misiones de vigilancia del alto el fuego, tal y como hizo hasta 2022 en la línea de frente entre las tropas separatistas prorrusas y el Ejército ucraniano.
Acuerdos dentro de la división
Con todo, en esta reunión de la OSCE que termina mañana, está previsto que se llegue a acuerdos en muchos asuntos que el año pasado quedaron bloqueados por la oposición rusa.
De momento, ya hay consenso, la fórmula por la que la OSCE toma las decisiones, para que el turco Feridun Sinirlioglu asuma la Secretaría General de la organización, y para cubrir otros tres importantes cargos, que llevan meses en situación de interinidad.
También parecen avanzar las negociaciones para aprobar el presupuesto, bloqueado por Rusia desde 2021, lo que limita la capacidad de la OSCE de llevar a cabo su tarea de mantenimiento de la paz, control de elecciones o promoción de los derechos humanos.
Por último, parece claro que Chipre, miembro de la UE pero no de la OTAN, ocupará en 2027 la presidencia de la OSCE, y se está negociando que Suiza, país neutral, lo haga en 2026.
Finlandia ocupará la presidencia de turno en 2026, coincidiendo con el 50 aniversario del Acta Final de Helsinki, el documento fundacional de la OSCE.
El veto ruso hace un año a Estonia, país de la OTAN y de la UE, forzó a que Malta asumiera a última hora la presidencia de 2024.