La falta de combustible y las averías en las sobreexplotadas centrales termoeléctricas terrestres son las principales causas del actual panorama energético en Cuba, según las autoridades del sector.
La crisis se agravó desde finales de agosto y desde entonces se han registrado dos apagones nacionales y la tasa de máximo déficit ha llegado a superar el 5 % y se mantiene por encima del 40%, según los datos de la compañía adscrita al Ministerio de Energía y Minas.
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La UNE señala que para la tarde-noche de esta jornada tendrá una capacidad máxima de generación eléctrica de 1.769 megavatios (MW) para una demanda que alcanzará los 3.180 MW.
El déficit -la diferencia entre oferta y demanda- será de 1.411 MW y la afectación -los circuitos que se desconectarán realmente- alcanzará los 1.481 MW durante el momento de mayor demanda.
Impacto de los cortes en la economía
Según la UNE, ocho de las 20 unidades de generación (distribuidas en las siete centrales termoeléctricas operativas del país) están averiadas o en mantenimiento. Además, 55 centrales de generación distribuida (motores y grandes plantas generadoras a diésel y fueloil) se encuentran paradas por falta de combustible.
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Los frecuentes cortes tienen un importante coste económico y social. Gran parte de la industria estatal aún operativa y la administración pública se encuentran fuertemente afectadas, incluso paralizadas.
Los apagones también han desencadenado protestas antigubernamentales como las del 11 de julio de 2021 -las mayores en décadas-, las de Nuevitas y La Habana en agosto y septiembre de 2022, y las del pasado 17 de marzo en Santiago de Cuba.