En una comparecencia de prensa, la portavoz del Ministerio de Exteriores de China Mao Ning insistió en que Taiwán es una “parte inseparable del territorio chino” y calificó las acciones que buscan “reforzar las tensiones” en torno a la isla como una amenaza para “la paz y estabilidad” regional.
"China se opone firmemente a que cualquier país utilice el tema de Taiwán como excusa para reforzar despliegues militares en la región, provocar tensiones y confrontaciones, y socavar la paz y la estabilidad regional", aseguró la vocera.
Estas declaraciones se produjeron después de que la agencia de noticias japonesa Kyodo informase que Estados Unidos y Japón están coordinando planes para responder a posibles contingencias en Taiwán y Filipinas.
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Según este medio, estas acciones incluirían el despliegue de tropas y sistemas militares avanzados en las islas niponas y en bases del archipiélago filipino.
Las autoridades chinas consideran que la cuestión taiwanesa es la “línea roja” en las relaciones entre Washington y Pekín, ya que EE.UU. es el principal suministrador de armas de Taipéi y podría defender la isla en caso de conflicto.
Taiwán -adonde se retiró el ejército nacionalista chino tras la derrota a manos de las tropas comunistas en la guerra civil (1927-1949)- se ha gobernado de manera autónoma desde el fin de la contienda, aunque China reclama la soberanía sobre la isla, a la que considera una provincia rebelde para cuya “reunificación” no ha descartado el uso de la fuerza.