La protesta, que recorrió algunas de las calles céntricas de la ciudad, fue liderada por la cúpula del partido ultraderechista (que es la tercera fuerza más votada en Portugal), que portaba una pancarta en la que se leía “ni un inmigrante ilegal más”.
El líder de Chega, André Ventura, aseguró en declaraciones a periodistas durante la marcha que no están "dispuestos a ser invadidos" y que piden "menos inmigración y más seguridad".
"Portugal necesita inmigrantes que vengan a trabajar, no necesita que vengan a cometer delitos. Portugal tiene que tener, como todos los países decentes, control en sus fronteras y no los ha tenido hasta ahora", defendió.
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Muchos de los manifestantes portaban banderas de Portugal y carteles con mensajes contra la inmigración, como “fin a la inmigración sin control” o “expulsión de inmigrantes que cometan delitos”.
En paralelo, varias organizaciones convocaron en la misma ciudad otra manifestación contra el racismo y la xenofobia.
Esta es la segunda gran manifestación contra la inmigración convocada este año por Chega en Portugal.
El pasado septiembre, miles de personas se manifestaron en Lisboa en una jornada que los convocantes consideraron como el "pistoletazo de salida" para la "reconquista de la identidad" nacional.
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Según datos publicados en septiembre por la Agencia para la Integración, Migraciones y Asilo lusa (AIMA), en 2023 residían de forma legal 1,04 millones de extranjeros en Portugal (un 33,6% más que un año antes), la mayoría de ellos originarios de Brasil (35,3 %), de un total de 10,6 millones de habitantes en el país.