"El Ejército libanés sigue desplegado firmemente en el sur, donde sus soldados siguen haciendo sacrificios y dando la vida por el Líbano. No abandonarán la región, ya que es parte integral de la soberanía nacional", dijo Aoun en un comunicado con motivo del Día de la Independencia de la nación de los cedros.
El militar recordó que las Fuerzas Armadas libanesas operan "en coordinación" con los efectivos de la misión de mantenimiento de paz de la ONU en el sur del Líbano (FINUL), cuyas posiciones a lo largo de la Línea Azul -como se denomina la divisoria entre Líbano e Israel- también han sido atacadas por el Estado judío y Hizbulá.
Al menos 40 soldados libaneses han muerto en ataques de Israel en el último año, pese a que la institución castrense no interviene en el conflicto entre las partes.
En este sentido, Aoun aseguró que "a pesar de los desafíos y los peligros", el Ejército "sigue llevando a cabo sus misiones con una determinación inquebrantable", que principalmente consisten en "apoyar a los desplazados" que huyen de la violencia iniciada el 8 de octubre de 2023 y que se ha cobrado más de 3.500 vidas solo en el Líbano.
Asimismo, recordó que el Líbano "sufre una guerra implacable y destructiva librada por Israel durante un año", pero insistió en que "se están intensificando los esfuerzos para alcanzar un alto el fuego que restablezca la calma en el país" y que permita el regreso de cientos de miles de desplazados a sus hogares.
Precisamente, el mediador estadounidense Amos Hochstein se reunió ayer con las principales autoridades libanesas en Beirut, entre ellas el presidente del Parlamento, Nabih Berri, quien ejerce de interlocutor de Hizbulá para tratar de alcanzar un alto el fuego con Israel.
Hochstein aterrizó posteriormente a Tel Aviv, donde se reunirá este jueves con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, después de haber logrado "avances adicionales" en Beirut en relación a las conversaciones sobre un borrador de tregua entre las partes enfrentadas propuesto por Washington.