La fuerza política del líder marxista, elegido en las presidenciales de septiembre, pero que no contaba con suficientes apoyos en el Parlamento esrilanqués, obutvo más del 60 % de los votos, según los datos del escrutinio de la Comisión Electoral.
El NPP de Dissanayake necesitaba obtener 113 escaños -anteriormente sólo contaba con 3 parlamentarios- para alcanzar una mayoría fuerte que le permita llevar a cabo sus reformas en una nación asediada por una grave crisis económica y por el endeudamiento.
El partido del presidente obtuvo la victoria en las elecciones sumando un 30 % más de apoyos que Dissanayake en las presidenciales de septiembre, cuando se impuso sobre dos candidatos con mayor historia política en esta isla, el opositor Sajith Premadasa y el entonces presidente esrilanqués Ranil Wickremesinghe.
Este resultado le otorga al NPP más de una mayoría de dos tercios en el Parlamento, lo que allana el camino para que el partido implemente cambios en la constitución del país, notablemente en el ámbito de la lucha contra la corrupción, una de las banderas de la campaña de Dissanayake.
Por primera vez desde la independencia de este país insular hace 74 años, el NPP dominó en las provincias septentrionales y orientales del país, en las que el voto estuvo tradicionalmente marcado por cuestiones étnicas y religiosas.
Tras emitir su voto, el presidente Dissanayake, declaró que "el NPP aspira a crear una cultura política que una a todas las provincias (de Sri Lanka) bajo un solo Gobierno".
El analista político Jehan Perera declaró a EFE que el Samagi Jana Balawegaya (SJB) del opositor Sajith Premadasa, que ha quedado en segundo lugar en los comicios legislativos, debería contemplar unirse a la causa común argüida por Dissanayake.
Sri Lanka atraviesa un período de gran inestabilidad política y económica desde 2022, cuando una serie de protestas forzaron la dimisión del presidente Gotabaya Rajapaksa y la salida del poder de su dinastía política, los Rajapaksa, la más importante del país en las últimas décadas.
La estabilidad política de Sri Lanka es además clave para mantener con vida un acuerdo de 2.900 millones de dólares que fue aprobado por el Fondo Monetario Internacional para tratar de revertir la crisis del país.