El Ejército surcoreano confirmó hoy la conclusión de las maniobras de tres días que llevan como nombre Freedom Edge y que se realizaron en aguas internacionales alrededor de la isla surcoreana de Jeju (sur del país).
“El entrenamiento se llevó a cabo con el objetivo de defender la paz y la estabilidad en la Península Coreana y la región en medio de crecientes amenazas a la seguridad, como el reciente lanzamiento de un misil balístico intercontinental (ICBM) por parte de Corea del Norte y la profundización de la cooperación militar con Rusia”, según publicó hoy el Estado Mayor surcoreano (JCS).
Tokio, Washington y Seúl realizaron estas maniobras siguiendo el acuerdo alcanzado por los líderes de las tres naciones en 2023 que precedió al ejercicio inaugural en junio de este año y movilizaron en esta ocasión a varios buques de guerra y aviones de los tres implicados, incluidos el portaaviones USS George Washington de la Armada estadounidense, el destructor ROKS Seoae Ryu Seong-ryong surcoreano y el destructor JS Haguro japonés.
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Las maniobras pretendían "demostrar la firme voluntad de Japón, Estados Unidos y Corea del Sur de promover la interoperabilidad y proteger la libertad para la paz y la estabilidad del Indopacífico, incluida la península de Corea", según dijo el Ministerio de Defensa japonés.
Ante la primera ronda del Freedom Edge llevada a cabo poco más de cuatro meses atrás, Corea del Norte afirmó que “los actos provocativos” tendrían “consecuencias fatales”.
A finales de octubre, Pionyang lanzó un misil balístico intercontinental (ICBM) hacia el mar de Japón (llamado mar del Este en las dos Coreas), que supuso el proyectil norcoreano que mayor altitud y más tiempo de vuelo alcanzó.
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La operación militar de Tokio, Washington y Seúl llega mientras soldados del hermético régimen liderado por Kim Jong-un combaten del lado de Moscú en la invasión de Ucrania, conforme al acuerdo de asociación estratégica entre Corea del Norte y Rusia, ratificado en la víspera por Pionyang y que incluye una cláusula de defensa mutua.
Asimismo, el acercamiento de China a Rusia tras la invasión de Ucrania ha deteriorado las relaciones de Pekín con Tokio, y la intensificación de las actividades militares chinas en torno al archipiélago nipón, en muchos casos en el marco de maniobras conjuntas con Moscú, suponen un frecuente objeto de protesta por parte del Ejecutivo japonés.
En agosto, Pekín violó por primera vez el espacio aéreo japonés, ante lo cual las Fuerzas Aéreas de Autodefensa japonesas respondieron con maniobras de despegue rápido.