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Según la AIE, el año próximo la oferta global de petróleo superará en más de un millón de barriles diarios la demanda, pero aún así preferiría que el mercado tuviera más flexibilidad todavía, dado el contexto, en particular en el terreno geopolítico.
En su informe mensual sobre el mercado del petróleo, publicado este jueves, la AIE mantiene prácticamente sin cambios sus previsiones sobre la demanda mundial para este año y el próximo, con una notable ralentización.
En concreto, espera que el crecimiento en 2024 se limite a 920.000 barriles diarios (60.000 más de los calculados en octubre) hasta una media de 102,8 millones, frente a un incremento de casi 2 millones en 2023 y de 1,2 millones de media anual en el periodo 2000-2019.
El papel de China
China es el principal vector de esa ralentización, ya que la progresión esperada este año será una décima parte de los 1,4 millones de barriles diarios de 2023.
Para 2025, los autores del informe anticipan un alza del consumo global de 990.000 barriles diarios, hasta 103,8 millones de barriles diarios.
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En paralelo, el crudo que sale al mercado está aumentando y la AIE tiene más claro que tras las elecciones presidenciales de Estados Unidos ganadas por Donald Trump seguirá la tendencia.
Ese país va a estar en cabeza en la expansión que van a propiciar los países productores que no pertenecen a la OPEP (por delante de Canadá, Guyana y Argentina) , lo que se estima en 1,5 millones de barriles adicionales tanto este año como el próximo.
Dentro de ese grupo, Brasil, que este año se ha visto limitado por una serie de problemas operativos, debería ser uno de las principales fuentes de expansión de la producción en 2025, con 210.000 barriles suplementarios más hasta 3,7 millones.
De hecho, entre esos cinco grandes productores de crudo de América, cubrirán por sí solos el incremento de la demanda global en 2024 y 2025.
¿Cómo reaccionará la OPEP?
En esas circunstancias, la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus socios (el grupo conocido como OPE+) decidió el pasado día 3 posponer su aumento de producción, que estaba programado a partir de diciembre, como pronto a partir de enero.
Pese al gran margen de excedentes que anticipa para el año próximo (más de un millón de barriles diarios), la AIE considera que no está de sobra.
Es más, estima que “con los riesgos de suministro omnipresentes, un equilibrio más laxo proporcionaría cierta estabilidad muy necesaria a un mercado trastornado por la pandemia del Covid, la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia y, más recientemente, el recrudecimiento de los disturbios en Oriente Medio”.