Además, Abad rechazó la acusación del mandatario en el sentido de que un hijo de Abad tendría 7,2 millones de dólares en paraísos fiscales, y dijo que a quién se debería investigar por cuentas off-shore es al propio Noboa.
La vicepresidenta, a través de una videoconferencia desde Ankara, donde reside actualmente, compareció ante el pleno de la Asamblea que escuchó su testimonio en una audiencia de comisión general.
Abad fue suspendida por cinco meses tras un sumario administrativo abierto por el Ministerio del Trabajo, que le acusó de no haber acudido a Ankara el pasado 1 de septiembre, dentro del plazo establecido ordenado por el Gobierno, en un traslado momentáneo desde Tel Aviv debido a la escalada de la tensión en Oriente Medio.
La funcionaria rechazó la sanción del Ministerio de Trabajo y dijo que esa medida tiene como único objetivo sacarla de la escena institucional, debido a que ella debería asumir las funciones presidenciales cuando Noboa pida licencia para dedicarse a la próxima campaña de los comicios generales de febrero próximo, en los que busca la reelección.
Abad aseguró que ha sufrido humillaciones por parte del Gobierno que, según dijo, está dispuesto a todo para impedir que asuma el poder durante la licencia de Noboa.
Asimismo, calificó de falsas las afirmaciones de Noboa contra el hijo de ella.
Abad, ni su familia, tienen cuentas en entidades off-shore, "el que tiene es él", afirmó tras pedir a la Fiscalía que investigue a las entidades financieras señaladas por Noboa, en las que la vicepresidenta o su familia supuestamente tendrían dinero depositado porque, según aseguró, no existen.
La Contraloría (tribunal de cuentas del Estado) debería, más bien, fiscalizar "las cuentas en Festil Investment, por ejemplo", señaló la vicepresidenta, y dijo que Ecuador debería pedir colaboración a las autoridades de Panamá para investigar esa cuenta.
La vicepresidenta también deploró que Noboa haya designado con un decreto a la secretaría nacional de Planificación, Sariha Moya, como su vicepresidenta encargada, pese a que la ley no le facultaba a ello, y porque supondría un rompimiento del ordenamiento constitucional.
También dijo estar sometida a una violencia política de género por parte del gobernante y señaló que se deberían detener los atropellos cometidos por el mandatario.
"Si hoy no paramos al misógino violento que se encuentra sentado en Carondelet (el palacio de Gobierno), las mujeres vamos a tener un gran retroceso" en la aplicación de sus derechos, añadió.
Abad dijo tener esperanza de que "Ecuador puede cambiar de rumbo" ante un "sistema absolutista que quieren imponernos" las "fuerzas oscuras que existen en este momento dentro del Gobierno" de Noboa.
La Asamblea Nacional de Ecuador, tras escuchar a Abad, debatió sobre una moción que intentaba rechazar la suspensión administrativa emitida por el Ministerio de Trabajo.
El distanciamiento entre Noboa y Abad comenzó desde antes que asumieran el poder en noviembre del año pasado y solo se les vio juntos en la jura de los cargos, aunque inmediatamente el gobernante dispuso que ella fuera a Israel como embajadora del país con el objetivo de mediar en el conflicto entre palestinos e israelíes.