"La Comisión ha comprendido que en las circunstancias actuales, este acuerdo no es aceptable ni será aceptado por Francia", dijo Barnier en declaraciones a la prensa tras reunirse en Bruselas con la presidenta de la Comisión Europea y otros representantes del Ejecutivo comunitario.
Preguntado por las condiciones que podrían hacer que el acuerdo recibiese luz verde de París, Barnier dijo que "no se trata de poner parches o de compensar", sino de "no aceptar medidas que van a destruir sectores enteros de la economía europea".
"No se puede explicar, ni en Francia ni en otros países, que la UE acepte que se destruyan partes enteras de la economía en varios países en nombre de una política comercial (...) que, además, probablemente debería ser reconsiderada cuando miramos lo que ocurre en el resto del mundo en el plano de los mismos acuerdos de comercio", afirmó el primer ministro galo.
"No es aceptable, no es justificable. Queremos comercio, pero libre y justo", apostilló.
Barnier insistió en que las "preocupaciones francesas" sobre "el impacto desastroso que este acuerdo tendría sobre sectores enteros, en particular la agricultura y la ganadería" son compartidas por "muchos países europeos" y se han expresado también en el Parlamento Europeo y en parlamentos nacionales.
Y consideró que no sería recomendable no tener en cuenta la posición de "un país como Francia" y la de otros socios comunitarios, en relación a la posibilidad de que el acuerdo pueda salir adelante sin París.
El pacto UE-Mercosur se firmó en 2019, después de dos décadas de negociación, pero se encuentra bloqueado desde entonces por la oposición de algunos países europeos, y en particular Francia, que está buscando ahora formar una coalición para vetarlo.
La visita de Barnier a las instituciones comunitarias se produce mientras los sindicatos franceses preparan movilizaciones en los próximos días para protestar, entre otros motivos, contra el acuerdo comercial UE-Mercosur.
En este sentido, el primer ministro francés expresó su "solidaridad con el mundo agrícola sobre esta cuestión (el acuerdo) que preocupa mucho, y con razón".
Además de con Von der Leyen, Barnier se reunió con el vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, y con el comisario del ramo, Paolo Gentiloni, para abordar la elaboración del presupuesto francés para 2025, que está en plenas negociaciones parlamentarias.
Barnier defendió que el proyecto planteado por su Gobierno es "difícil" pero busca reducir la deuda pública del país y, con ello, su "dependencia", subrayando que el gasto en intereses de la deuda ascenderá a "55.000 o 56.000 millones de euros, más que el presupuesto de defensa".
La Asamblea Nacional francesa rechazó ayer el proyecto de presupuestos para 2025 presentado por el Ejecutivo que prevé un recorte del gasto de 60.000 millones de euros para embridar las finanzas públicas.
Está previsto que el déficit público francés suba en 2024 hasta el 6,1 % de su PIB, y el objetivo del gobierno es reducirlo al 5,0 % en 2025. París tiene abierto un expediente comunitario por superar el umbral de déficit del 3 % del PIB que marcan las reglas europeas, lo que le exige sanear sus cuentas so pena de sanciones.