A todas las personas fallecidas se les practicó ya la autopsia y todas ellas están también plenamente identificadas, esto cuando se cumplen dos semanas desde que se produjo esta catástrofe el pasado 29 de octubre.
De las 215 identificaciones, 167 se realizaron gracias al análisis de huellas dactilares y 45 por ADN, mientras que tres casos se corresponden con identificación hospitalaria en vida.
Por su parte, las oficinas ‘ante mortem’ habilitadas por la Policía Nacional y el instituto armado español -la Guardia Civil- en colaboración con los médicos forenses contabilizan actualmente 17 expedientes activos por denuncias de desaparición, seis menos que los registrados hasta ayer lunes, a las 20 horas. Ambos parámetros, el de desapariciones activas y el número total de víctimas mortales, son diferentes, por lo que no deben ser sumados en ningún caso.
Los expedientes ‘ante mortem’ de personas desaparecidas que están activos corresponden exclusivamente a denuncias donde los familiares han aportado diferentes datos y facilitado muestras biológicas en las oficinas policiales que permitirán la identificación posterior de sus seres queridos.
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