El estudio elaborado por el Observatorio de La Rábida, que se presentó hoy en Cuenca (Ecuador) en vísperas de la Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno iberoamericanos que se celebrará en esta ciudad ecuatoriana los días 14 y 15, reconoce que se han dado pasos importantes en los últimos años y el 26 % de las áreas marinas de la región están ya bajo algún régimen de protección, pero añade que "vivimos un momento crítico" y que hay que ser "más efectivo".
"Corales, tiburones y rayas están especialmente en peligro", según este documento del Observatorio de La Rábida, un organismo con sede en Huelva (sur de España), fruto de la colaboración entre la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), España y la Unión Europea.
Los datos analizados apuntan que la subida del nivel del mar que provoca el cambio climático está incidiendo en toda Iberoamérica con niveles superiores a los 3 milímetros al año y afecta ya a zonas costeras.
Los cambios en las corrientes del Atlántico y el fenómeno del Niño y la Niña están incrementando la violencia climática y la Amazonía está en el riesgo de sabanización.
En el Caribe desapareció un 30 % de los manglares
Todas las costas iberoamericanas se ven afectadas por la contaminación marina por plásticos, en el Caribe desapareció un 30 % de los manglares y en el Mediterráneo la disminución de praderas de posidonia alcanzó ese mismo porcentaje en las últimas décadas.
Manglares, pastos marinos y arrecifes de coral son esenciales para atenuar el riesgo de catástrofes y protegen las costas contra las tormentas, las olas y las inundaciones.
Brasil, México y América Central albergan manglares que, además de proteger la biodiversidad, almacenan hasta diez veces más carbono que los bosques terrestres.
Hasta ahora, los océanos absorbían al menos un tercio de las emisiones de CO2, así como el 90 % del calor generado por el ser humano, pero, lo expertos afirman que el maltrato que han sufrido los ecosistemas en los últimos ha perjudicado de tal manera a los océanos que no van a poder seguir contribuyendo a estabilizar el sistema climático como lo hacían hasta ahora.
Por ello, el informe considera que se deben tomar nuevas medidas medioambientales "con la mirada puesta en los océanos".
Recursos económicos para que la protección sea efectiva
Latinoamérica tiene muchas áreas marinas protegidas, pero 15 países tienen un índice de preservación efectiva inferior a 1 %, lo que quiere decir que, a pesar de tener una figura legal, no cumplen con los objetivos.
Para que esta conservación sea más real, los autores del informe creen que son necesarios más recursos económicos y que se debe tener en cuenta a las comunidades costeras que viven en la zona, porque ellos pueden encargarse del cuidar su territorio si cuentan con financiación y apoyo.
El documento menciona específicamente a las mujeres y a las comunidades indígenas como elementos clave en la restauración de manglares y en la conservación del medio ambiente, y anima a los gobiernos a que faciliten y potencien su participación.
Problemas transnacionales, soluciones internacionales
Aunque las medidas que se puedan tomar a nivel local son importantes, los expertos insisten en que la cooperación entre países es clave para proteger los océanos porque, al ser ecosistemas con fronteras compartidas, es imprescindible "una estrecha colaboración".
En este sentido, las cumbres y conferencias iberoamericanas pueden ser foros útiles, según el secretario general de la SEGIB, el chileno Andrés Allamand, que en su introducción al informe recuerda que en la Cumbre Iberoamericana del año pasado en República Dominicana se adoptó la Carta Medioambiental Iberoamericana, que fue "un paso importante en la construcción de consensos".
"En las Cumbres de Guatemala (2018) y República Dominicana (2023) se aprobaron sendos comunicados específicos sobre océanos, y lo propio se hará este año en la Cumbre de Ecuador", anunció.