El tortuoso camino hacia el éxito de la COP29

Pedro Pablo G. MayRedacción Medioambiente, 11 nov (EFE).- La COP29 que comienza hoy en Bakú (Azerbaiyán) buscará durante las próximas dos semanas un acuerdo, especialmente en temas financieros, aunque las delegaciones participantes llevan meses discutiendo para tratar de aproximar posturas en una tortuosa negociación a varias bandas con muchas palabras de aliento pero pocos resultados materiales, de momento.

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La Conferencia de las Partes (COP) es el órgano supremo de toma de decisiones de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y su primera reunión fue en la ciudad alemana de Bonn, sede de la secretaría, en marzo de 1995.

Desde entonces, se ha venido celebrando en distintos países, en ocasiones dos veces el mismo año: Alemania ha organizado cuatro cumbres (1995, 1999, 2001 y 2017), Polonia tres (2008, 2013 y 2018) y, otras dos cada país, Argentina (1998 y 2004) y Marruecos (2001 y 2016).

El resto, una por país, se organizaron en Suiza (1996), Japón (1997), Países Bajos (2000), India (2002), Italia (2003), Canadá (2005), Kenia (2006), Indonesia (2007), Dinamarca (2009), México (2010), Suráfrica (2011), Catar (2012), Perú (2014), Francia (2015), España (2019), Reino Unido (2021), Egipto (2022), Dubái (2023) y, ahora, Azerbaiyán (2024).

La primera semana desarrollará las negociaciones más técnicas, mientras que la segunda incluirá el desfile de responsables políticos en materia ambiental, energética y económica, para reforzar las posiciones de sus delegaciones o tratar de aproximar posturas.

El llamamiento azerí

A mediados del pasado julio, el presidente designado, Mujtar Babayev, enviaba su primera carta oficial a las partes y grupos de interés calificando la COP29 como "una prueba de fuego para el Acuerdo de París y la acción y cooperación climática mundial", con el Nuevo Objetivo Cuantificado Colectivo (NCQG, por sus siglas en inglés) como "pieza central".

El dirigente azerí llamaba a mantenerse "firmes en nuestra determinación de cumplir las promesas pasadas, cumplir nuestros mandatos y desarrollar el proceso para que pueda abordar la urgencia y la magnitud de la crisis" sobre la base de "dos pilares paralelos y que se refuerzan mutuamente": ambición climática y acción.

Ambos conceptos girarán a su vez en torno al dinero, el gran protagonista de las COP desde hace años y no precisamente porque sobre: Babayev pedía centrarse en la financiación de la lucha contra el cambio climático "como nuestra máxima prioridad".

Foro Económico Mundial

Igual opinión defendía en agosto el Foro Económico Mundial (FEM), poderoso grupo privado muy conocido por su asamblea anual de Davos (Suiza) y con una capacidad de influencia cada vez mayor en las decisiones de organizaciones internacionales y de países concretos.

A su juicio, la COP29 debe tener cuatro prioridades, todas alrededor de la financiación: desbloquear fondos para impulsar el NCQG, convertir en "plenamente operativo" el artículo 6 del Acuerdo de París asentando los mercados de carbono, incrementar el "todavía incipiente" Fondo de Pérdidas y Daños y dar prioridad a los llamados Planes Nacionales de Adaptación.

Además, la FEM quiere un acuerdo para eliminar "de forma creíble" las subvenciones a los combustibles fósiles y "soluciones integrales al problema de la deuda".

La UE y EEUU

La posición europea, fijada por el Consejo de la UE el pasado mes de octubre, insistía en la ambición climática y la urgencia de limitar el aumento global de temperaturas a 1,5ºC, por supuesto pendiente también de las finanzas, con especial hincapié en el rol de las Contribuciones Nacionales Determinadas y la consecución del NCQG.

Europa reafirmará su compromiso con el Fondo de Respuesta, Pérdidas y Daños, con el avance hacia el Objetivo Global de Adaptación y con la puesta en marcha definitiva de un mercado de carbono estable según el Acuerdo de París.

En cuanto a EEUU, su perfil será bajo, como se esperaba: el presidente saliente, Joe Biden, confirmaba su no asistencia por segundo año consecutivo a la cumbre y el próximo presidente, Donald Trump, no es precisamente un firme defensor de las políticas medioambientales por lo que será el asesor climático John Podesta quien lidere su delegación.

Otros países

El éxito de la COP29 dependerá muy mucho de la posición de otros grandes países como Rusia, China, la India o Brasil.

Rusia anunciaba sus propias propuestas y metodología para la creación del mercado de carbono mientras que China, el país más contaminante del mundo en cuanto a gases de efecto invernadero, defenderá sus planes de reducción, pese a que sólo en el primer semestre de 2024 aprobó 14 nuevos proyectos de energía a carbón.

India y Brasil se presentarán como abanderados de los países del llamado Sur Global para presionar en busca de financiación.

Lo más complicado no será llegar a un acuerdo final, sino llevarlo después a la práctica; de hecho, el Acuerdo de París de 2015, al que numerosos gestores climáticos se refieren siempre como un antes y un después en la concienciación global frente al problema, estipulaba la necesidad de destinar unos 100.000 millones anuales de euros pero nunca se ha alcanzado esa cantidad que ahora, según todos, ya se queda corta.

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