En un comunicado, la Fiscalía precisó que 32 personas son de Ecuador, 25 de Venezuela, siete de Colombia, una de Chile, tres de Honduras, una de El Salvador, una de Perú, y una originaria del continente africano, "quienes presuntamente se encontraban privados de su libertad".
En la nota se explicó que el hallazgo se dio como resultado de diversas investigaciones ministeriales encabezadas por la FGEO y apuntó que en el operativo participaron agentes de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI) en colaboración con agentes la Secretaría de Marina (Semar), Policía Estatal y la Guardia Nacional (GN).
La FGEO indicó que el operativo se llevó a cabo este jueves, en un domicilio ubicado en la colonia (barrio) Gustavo Pineda de la Cruz, en el municipio de Juchitán de Zaragoza.
Tras el rescate de los migrantes, los agentes pidieron el apoyo del Instituto Nacional de Migración (INM) para su traslado, su resguardo y ser valorados con el objetivo de determinar su estado de salud.
Durante las acciones se logró la detención de dos personas, un hombre de 36 años y una mujer, de 42 años, "ambos de origen extranjero, quienes presumiblemente se encargaban de cuidar a las personas migrantes y realizar llamadas telefónicas a sus familiares en las que les exigían el pago de una fuerte suma de dinero como pago por su rescate".
La Fiscalía agregó que los dos detenidos fueron presentados ante la autoridad correspondiente para que se determine su situación jurídica.
Desde octubre de 2018, y a pesar del endurecimiento de la vigilancia en la frontera sur de México, miles de migrantes de Centro y Suramérica, el Caribe y de países de África y China entran de forma irregular en el territorio mexicano con el objetivo de llegar a Estados Unidos.
Los traficantes de personas buscan rutas para los extranjeros que en ocasiones se estacionan en los estados de sur del país como Chiapas, Tabasco, Veracruz y Oaxaca, además de los del norte, que hacen frontera con Estados Unidos, una de las últimas paradas en su travesía.
En su desplazamiento, los migrantes utilizan peligrosos traslados o estancias para cruzar clandestinamente México, vías por las que pagan miles de dólares a los traficantes de personas.