"Xi Jinping apuntó que la historia nos enseña que China y EE. UU. se beneficiarán de la cooperación y sufrirán por la confrontación. Una relación estable, sana y sostenible (...) cumple con los intereses mutuos de ambos países y con las expectativas de la comunidad internacional", apunta un breve despacho de la agencia oficial de noticias Xinhua.
En la llamada, Xi pidió que ambas partes "refuercen el diálogo y la comunicación" y que "gestionen sus diferencias de forma apropiada".
"Esperamos que ambas partes defiendan los principios de respeto mutuo, coexistencia pacífica y cooperación mutuamente beneficiosa", indicó el mandatario chino, quien llamó a "encontrar la forma correcta de que China y Estados Unidos se lleven bien en esta nueva era".
Una buena relación entre Pekín y Washington, recalcó Xi, "beneficiará a ambos países y al mundo".
En la misma información, Xinhua apunta asimismo que el vicepresidente chino, Han Zheng, llamó también al vicepresidente electo de Estados Unidos, J.D. Vance, aunque no ofrece detalles sobre la conversación entre ambos.
Esta misma mañana, el Ministerio chino de Asuntos Exteriores había emitido un escueto comunicado que rezaba: "Respetamos la decisión del pueblo estadounidense y felicitamos al señor Trump por su elección como presidente de los Estados Unidos".
El miércoles, antes de que la victoria del candidato republicano frente a la demócrata Kamala Harris fuera segura, Pekín había reafirmado su postura de respeto hacia el proceso electoral de EE. UU., que calificó de "asunto interno" del país norteamericano.
“Nuestra política hacia Estados Unidos es consistente. Abogamos por manejar nuestra relación en función de nuestros intereses comunes y una cooperación que beneficie a ambas partes”, subrayó la portavoz de la Cancillería Mao Ning, quien agregó que China actuaría "en consecuencia" una vez que se conocieran los resultados.
China y EE. UU., como principales economías del mundo, mantienen amplios vínculos comerciales y diplomáticos, y Pekín ha señalado en diversas ocasiones la importancia de un diálogo constructivo y de evitar confrontaciones que afecten a sus ciudadanos, aunque las tensiones entre las dos potencias son constantes desde hace años.
Aun así, analistas chinos consideran que la relación bilateral, sin importar si ganaba Trump o Harris, continuaría marcada por tensiones proteccionistas y medidas arancelarias.
Las relaciones entre los dos países se deterioraron drásticamente durante la primera presidencia de Trump (2017-2021) con colisiones en planos como el comercial, el diplomático o el tecnológico y, ya con Joe Biden en la Casa Blanca, la tensión se reavivó con rifirrafes a cuenta de Taiwán o por las restricciones a las exportaciones a China de semiconductores y otra tecnología clave.
En 2018, tras llegar al poder por primera vez, Trump impuso varias tandas de aranceles a productos chinos por valor de unos 370.000 millones de dólares anuales, unas tres cuartas partes de las exportaciones del gigante asiático, a lo que Pekín respondió con represalias contra las exportaciones estadounidenses.
Durante esta campaña, el republicano dijo que aplicará tasas de hasta el 60 % a los bienes chinos, lo que augura más tensiones comerciales entre las dos economías más grandes del mundo.