Según los datos oficiales, al menos nueve personas perecieron a raíz de la expulsión de lava y rocas incandescentes que el volcán registró entre la medianoche del domingo y las primeras horas del lunes.
Además, 64 personas resultaron heridas, incluida una en estado crítico y 31 de gravedad; mientras que siete colegios y 23 casas resultaron con daños, conforme al último informe de la Agencia Regional de Gestión de Desastres (BPBD).
A raíz de las erupciones, las autoridades elevaron al nivel 4 (el máximo) el estado de alerta en la zona, donde árboles y la ceniza caída dificulta el acceso.
Las autoridades establecieron un radio de exclusión en torno a los 7 kilómetros sobre el volcán, con 1.584 metros de altura, y advirtieron sobre el riesgo de que ocurran riadas en la zona debido a las precipitaciones que se registran alrededor del volcán.
Ocho localidades, con una población conjunta estimada en unos 16.000 habitantes, se encuentran dentro de esta área de exclusión, según los datos oficiales.
Indonesia alberga más de 400 volcanes, de los que al menos 129 continúan activos y 65 están calificados de peligrosos.
El archipiélago vivió en diciembre de 2023 la trágica erupción del volcán Merapi en la isla de Sumatra, que se cobró la vida de 23 personas.
En mayo, también en torno al Merapi, al menos 60 personas perdieron la vida después de que fuertes lluvias arrastraran material volcánico a zonas residenciales.
Indonesia se asienta dentro del denominado Anillo de Fuego del Pacífico, una zona de gran actividad sísmica y volcánica que es sacudida por unos 7.000 temblores al año, la mayoría de escasa magnitud.