Los dos pacientes son "contactos domésticos" del primer caso y están actualmente siendo tratados por especialistas en el Hospital de Guy´s and St. Thomas de la capital británica, lo que eleva el total de casos en el Reino Unido a tres, dijo la UKHSA.
"El Mpox -antes conocido como 'viruela del mono'- es muy contagioso en hogares con contacto cercano, por lo que no es inesperado ver más casos dentro del mismo hogar", comentó la asesora médica principal de la UKHSA, Susan Hopkins, que reafirmó que el riesgo para la población del Reino Unido sigue siendo bajo.
Asimismo, Hopkins aseguró que desde UKHSA y otras organizaciones asociadas están haciendo un seguimiento de los contactos de los tres casos y a todos ellos se les ofrecerá la posibilidad de hacerse la prueba y de vacunarse si fuera necesario; y se les informará sobre los cuidados adicionales que necesiten si presentan síntomas o dan positivo.
Desde la UKHSA afirman que se ha llevado a cabo una "amplia planificación" para garantizar que los profesionales de la salud están equipados y preparados para responder a cualquier caso adicional confirmado.
Este anuncio llega después de que el pasado 30 de octubre la UKHSA confirmase el primer caso humano de la variante Clade 1b en el Reino Unido en un paciente que había viajado recientemente a países de África en los que estaba presente esta cepa del virus de mpox entre la población, tras haber desarrollado síntomas y haber experimentado un "sarpullido" en los días previos.
En esa nota especificó que la variante Clade 1b es "diferente" y "más grave" que la Clade II de mpox que ha estado circulando en niveles bajos en el Reino Unido desde 2022, "principalmente entre hombres homosexuales, bisexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres".
Además del Reino Unido, también otros países europeos como Alemania o Suecia confirmaron casos de esta variante en los últimos meses.
Por el momento, se tiene constancia de al menos 1.000 muertes de esta variante en diferentes países de África, lo que llevó a la Organización Mundial de la Salud (WHO) a declarar la propagación de la enfermedad como "emergencia sanitaria global" por segunda vez en dos años.