La vicepresidenta demócrata Kamala Harris y el expresidente republicano Donald Trump recorren sin pausa los estados más disputados en unos comicios que podrían decidirse por unas decenas de miles de votos.
Más de 66 millones de personas ya han votado por anticipado, lo que presagia una alta participación después de meses de sobresaltos.
Trump parece resistir a todo: una condena penal, cuatro inculpaciones y dos intentos de asesinato.
Los demócratas también han tenido su dosis de sorpresas, sobre todo la retirada del presidente Joe Biden de la carrera y sus meteduras de pata.
Con las elecciones a la vuelta de la esquina, Harris y Trump siguen empatados en las encuestas y las polémicas se suceden.
La última la ha protagonizado el magnate.
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“No tiene agallas”
“Pongámosla con un rifle allí con nueve cañones disparándole ¿vale? Veamos cómo se siente al respecto. Cuando le apunten a la cara”, afirmó el jueves sobre Liz Cheney, caída en desgracia en el partido republicano por criticar la negativa de Trump de reconocer su derrota en las elecciones de 2020.
Este viernes calificó de “halcones de guerra” tanto a ella como a su padre, el exvicepresidente Dick Cheney.
“Quieren reclutar a tus hijos para que mueran en guerras y ellos nunca lucharán”, afirmó Trump. “No tiene agallas para luchar”, añadió.
Harris, una exfiscal, contraatacó: “Esto debe ser descalificatorio. Alguien que quiera ser presidente de Estados Unidos y que utilice ese tipo de retórica violenta está claramente descalificado” para el cargo.
En la red social X, Liz Cheney lo describió como un “hombre mezquino, vengativo, cruel e inestable que quiere ser un tirano”. “Así es como los dictadores destruyen las naciones libres. Amenazan de muerte a quienes hablan contra ellos”, escribió.
Quedan cuatro días para las elecciones y los candidatos piden con insistencia a los estadounidenses que voten cuanto antes.
“Tienes que salir y votar, porque es ahora o nunca. Si no lo hacemos, nunca volverá a suceder”, afirmó Trump en un mitin en Míchigan, en el que cargó contra los “lunáticos de la izquierda radical” demócratas a los que acusa de la inflación y la “invasión de migrantes” en Estados Unidos.
En la localidad de Dearborn se reunió con población de origen árabe, un electorado que se ha distanciado de los demócratas por el apoyo del gobierno a la guerra librada por Israel en Gaza.
Declaró a los periodistas que, si gana, Robert F. Kennedy Jr., vástago del clan político más famoso de Estados Unidos y activista antivacunas, desempeñará un “papel importante” en su gobierno “en el cuidado de la salud”.
Más tarde irá a Milwaukee donde en julio fue coronado como el candidato presidencial de su partido en la Convención Nacional Republicana, con una oreja vendada tras haber resultado herido en un intento de asesinato.
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