En el histórico barrio de San Blas, la calle José de Antepara se engalanó con luces, coronas de flores, altares, tumbas y calaveras en homenaje a esta festividad que se conmemora cada 2 de noviembre en Ecuador y en la que se honra la memoria de aquellos seres queridos que ya no se encuentran en el mundo terrenal.
Este día constituye una de las principales festividades en Ecuador, así como en otros países de Latinoamérica, cuya celebración va acompañada de comida típica que solo se acostumbra a consumir en estas fechas, junto a todo un conjunto de prácticas y rituales asociados.
Todos estos elementos están presentes en el festival 'Más allá de la vida' que desde este jueves y hasta mañana sábado espera recibir tanto a residentes en la capital de Ecuador como a visitantes nacionales y extranjeros.
Gastronomía típica: colada morada y 'guaguas' de pan
Entre los platos de gastronomía típica que se pueden degustar destaca la colada morada, bebida espesa elaborada a base de harina de maíz morado, frutas y hierbas aromáticas, y las ‘guaguas’, una masa de pan dulce rellena de distintos sabores moldeada y decorada de forma que simbolice a un niño.
Este jueves tuvo lugar el concurso ‘Colada Morada y Guaguas de Pan: Tradición, Sostenibilidad y Sabores’, por el que se premió a las 20 mejores versiones de esta bebida preparadas en hoteles, restaurantes y cafeterías del distrito metropolitano.
Edgar Reyes, docente de la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE) y parte del jurado, explicó a EFE que esta estas comidas provienen de antiguas tradiciones de los pueblos andinos anteriormente asentados en el territorio.
Arraigarse a la cultura
Aun así, estos platos han trascendido el significado ritual de este día y "crean o no en aquello, mucha gente los relaciona con una costumbre”, añadió Reyes, quien destacó su importancia en el imaginario popular.
De su lado, Galo Pillalaza, director de la hueca ‘Cosas Finas de la Florida’ habló sobre el vínculo de la colada morada, que en el restaurante realizan como les transmitieron sus abuelos, con las tradiciones.
“Es arraigarnos un poquito más a nuestras culturas (…), recordar a quienes tanto queríamos”, pues esta bebida aún se consume en los cementerios, “donde la gente va a recordar esas memorias con quienes ya no nos acompañan”, comentó Pillalaza.
Leyendas de difuntos
El festival también rescata algunas de las leyendas típicas de la ciudad que recuerdan la conexión entre la vida y la muerte. Por ello, a lo largo de la calle, varios actores interpretan historias como la del Diablo de Cantuña, el Padre Almeida o La Torera.
David Torres, que se encarga de representar a Miguel de Santiago, pintor de la Escuela Quiteña, de quien se cuenta que para pintar el ‘Cristo de la Agonía’ amarró a uno de sus alumnos a una cruz y terminó por matarle para lograr la expresividad que necesitaba para su cuadro.
También, se puede encontrar la leyenda de la Bella Aurora que, según relató a EFE Jessabeth Cadena, la artista que la representa, fue una joven que falleció embestida por un toro y que, ya muerta, todavía se escuchan sus susurros y lamentos en la casa 1028, donde residía.
Activar el centro
Además de resaltar la cultura y las tradiciones, la secretaria de Desarrollo Económico y Productivo del Municipio de Quito, Paola Romero, mencionó que el festival, con el que esperan atraer a unas 40.000 personas, también pretende activar la economía local y dar una oferta turística atractiva.
“Estamos buscando justamente poder juntar esas tradiciones con este espacio público, con lo que ahora es nuestra ciudad”, declaró Romero quien también anunció que en otras partes de Quito se realizarán pequeños eventos, concursos de colada morada o bailes para celebrar y recordar a las personas queridas que ya no están.