Un total de 16 personas, entre ellas Giuliani y también el jefe de personal de la Casa Blanca de Trump, Mark Meadows, están acusados de falsificar documentos y conspirar para manipular los resultados electorales de 2020 en los que Trump fue derrotado por el actual mandatario, el demócrata Joe Biden.
Sin embargo, Trump y muchos de sus aliados, como la candidata al senado por Arizona Kari Lake, siguen alimentando la teoría del fraude de 2020 y además poniendo en duda los resultados del próximo martes.
Cada uno de los 16 acusados enfrenta cargos por fraude, falsificación y conspiración para manipular el resultado de las elecciones de 2020.
Dos de ellos, la electora Loraine Pellegrino y Jenna Ellis, quien fue abogada de la campaña de Trump y trabajó estrechamente con Giuliani, aceptaron un acuerdo de culpabilidad.
Ellis además ha anunciado que cooperará con los fiscales a cambio de que se retiren los cargos en su contra en el caso de electores falsos.
Los otros acusados son miembros del Partido Republicano que se encargaron de certificar 10 de los 11 votos electorales que aporta el estado. Ellos enfrentan cargos de firmar documentos falsos asegurando que "legítimamente" Trump ganó y Biden perdió.
"Es irónico escuchar una y otra vez sobre fraude electoral por parte de republicanos, mientras que son ellos mismos quienes enfrentan un juicio en Arizona y otros estados por tratar de manipular y mentir sobre el resultado de las elecciones del 2020", dijo a EFE Alfredo Gutiérrez, quien fue senador estatal de Arizona catorce años.
Gutiérrez, uno de los mayores líderes latinos de Arizona, califica de "hipocresía" el hecho y le preocupa que los votantes no crean lo que pasa en la corte y sí las falsas acusaciones de fraude electoral.
Arizona es apenas uno de cinco estados en los que se han presentado cargos criminales contra seguidores de Trump por tratar de manipular el sistema electoral y revertir el resultado.
En este estado, Lake, una de las principales aliadas y propulsoras de "la gran mentira", insiste sin pruebas en que hubo fraude electoral de Biden, quien le arrebató a Trump también Arizona, un estado tradicionalmente republicano.
La trumpista denuncia que también hubo fraude en las elecciones de 2022 en las que ella perdió frente a la demócrata Katie Hobbs cuando presentó su candidatura por el Partido Republicano para la gobernación.
Esta semana un hombre de Colorado, Teak Ty Brockbank, se declaró culpable de amenazar en 2021 con matar a funcionarios electorales demócratas en varios estados, incluida Hobbs, cuando la actual gobernadora de Arizona era Secretaria de Estado de ese estado.
Gutiérrez considera que Trump y Lake están utilizando el tema del supuesto "fraude electoral" para manipular a los votantes.
Durante una de sus presentaciones, Lake dijo a sus seguidores que la "única forma que Trump pierda las elecciones presidenciales es que exista nuevamente fraude electoral en Arizona".
Drones, blindaje y francotiradores para proteger el voto
La Fiscal general de Arizona, Kris Mayers, dijo a EFE que cualquier intento de interferir con el proceso electoral en Arizona "no será tolerado".
En las últimas semanas, Trump y otros políticos republicanos han asegurado sin pruebas que los demócratas han dejado entrar a "millones" de migrantes de forma ilegal para que puedan votar en las elecciones presidenciales.
Gutiérrez al igual que otros analistas políticos temen que esta retórica pudiera desencadenar actos violentos una vez que se conozcan los resultados de las elecciones, especialmente si Trump vuelve a perderlas.
Medios locales en Arizona han reportado que el Departamento de Elecciones del Condado Maricopa, el curto más poblado de EE.UU., prevé un plan de seguridad para el día de las elecciones que incluye ventanas blindadas, drones vigilando desde el aire y francotiradores en los techos cercanos.
Directivos de esta dependencia no han confirmado esta información y solo han dicho que "tienen un plan" para enfrentar cualquier situación.
En 2020 cuando se contaban los votos de las elecciones presidenciales personas armadas se presentaron a las afueras del lugar.
En ese entonces, trabajadores y representantes públicos del Departamento de Elecciones en Arizona reportaron haber sido acosados y amenazados tras conocerse los resultados.