El juicio, oral y público, tiene como único imputado al productor ganadero Ricardo La Regina, acusado de daño ambiental agravado y crueldad contra los animales, tras haber utilizado en 2021 una retroexcavadora en zonas donde anidaban estas aves y para la construcción, sin autorización, de un camino cerca de la costa.
El acusado utilizó la maquinaria para desmontar unos dos kilómetros cuadrados dentro de su propio campo, que se ubica sin embargo en el norte del área natural protegida, afectando los nidales entre agosto y diciembre, época de reproducción de estos pingüinos.
También está acusado de instalar un alambrado electrificado y eliminar flora nativa, sin permisos, lo que habría afectado el entorno de la especie protegida.
“El acusado entiende que está sobre su propiedad, pero linda con la Reserva Tombo que conforma una misma unidad biológica y ecosistémica. Sujeta a rigurosa protección reconocida por distintas leyes (nacionales y provinciales) como sistema de áreas naturales protegidas y zona de reserva UNESCO”, explicó a EFE Lucas Micheloud, miembro de la Asociación de Abogados Ambientalistas, querellante en la causa.
De acuerdo a estudios llevados a cabo en el área del incidente, el paso de la excavadora abrió una traza de unos 700 metros de longitud por unos tres metros de ancho, donde, según estimaciones, murieron más de un centenar de pingüinos -incluyendo tanto pichones como huevos- y fueron destruidos 175 nidos.
Aunque se han recuperado dos cadáveres de pingüinos adultos, todavía no se puede determinar el número total de animales que habrían quedado sepultados junto a sus nidos.
El Ministerio Público Fiscal (MPF) de Chubut pidió una pena mínima de 4 años de prisión, bajo un proceso que durará diez días y contará con 60 testigos desde ambas partes.
El Ministerio señaló además que el caso "podría conformar un juicio de referencia en material ambiental".
Las querellas, integrada por la Asociación de Abogados Ambientalistas, Fundación Patagonia Natural y Greenpeace Argentina, reclaman una pena máxima de 12 años.
“No existe un plan de manejo claro sobre los límites de explotación ganadera, en compatibilidad con el manejo de los pingüinos. En todos estos años lo planteé siempre, pero nunca tuve respuesta”, dijo el acusado, según recoge la declaración del MPF en un comunicado.
Para la querella, es “imposible” que La Regina desconozca la situación de sus tierras, ya que es “el administrador judicial” de la estancia y ha “recibido a investigadores, científicos y hasta tenía trato cotidiano con los guardaparques”.
A raíz de este caso, las organizaciones ambientalistas y querellantes reclaman la creación de un capítulo específico de delitos ambientales en el Código Penal argentino, que contemple sanciones por los daños causados a los ecosistemas y la fauna.
También exigen un proceso judicial ejemplar que siente las bases para la persecución efectiva de delitos ambientales en el futuro y medidas inmediatas de protección con monitoreo y restricción de actividades que alteren el hábitat de los pingüinos.