En un comunicado conjunto, ambos países exigieron que se aplique íntegramente la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas –que puso fin a la guerra entre Hizbulá e Israel en 2006– y se garantice el retorno a sus hogares de los desplazados a ambos lados de la Línea Azul, la divisoria entre el Líbano e Israel y donde están destacados los cascos azules para monitorear la franja fronteriza.
Ambos gobiernos condenaron también los ataques contra el personal médico, instalaciones sanitarias, periodistas y civiles y exigieron el pleno respeto del Derecho Internacional Humanitario y de las Convenciones de Ginebra.
El comunicado se hizo público después de que el ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, mantuviera una conversación con su homólogo libanés, Abdallah Bou Habib, en el marco de la reunión del Foro Regional de la Unión por el Mediterráneo que se celebra en Barcelona.
Albares, en una entrevista en la radio pública española, dijo que existe "el riesgo" de que Gaza pueda ser destruida del todo y ya no sea posible construir un Estado palestino "realista y viable", y por eso, en ese foro defenderá la urgencia de la solución de los dos Estados.
Pidió a toda la comunidad internacional que "tome cartas en el asunto" y se sancione a todo aquél, sea en el bando que sea, que "intenta imposibilitar" esa solución.
Sobre la escalada entre Israel e Irán, afirmó sentirse preocupado porque la guerra va extendiéndose regionalmente, y un enfrentamiento entre ambas partes "nos llevaría al terreno de lo impensable, de lo desconocido".
No obstante reconoció que los dos países "están midiendo mucho" cuál es su respuesta, aunque advirtió de que en cualquier momento uno de los dos puede malinterpretar la acción del otro "y todo puede irse de las manos".
En este contexto, el ministro español se mostró convencido de que "nada indica" que Israel "vaya a cejar en su empeño militar" y no espera que la guerra termine en breve, "razón de más" –recalcó– para que se redoblen los esfuerzos en favor de la paz y un alto el fuego.
En el comunicado conjunto, España y Líbano se emplazaron a trabajar juntos para estabilizar la situación en el sur del país y para construir una paz duradera en la región.
El Gobierno de España reiteró su voluntad de seguir contribuyendo a paliar la grave crisis humanitaria en el país y reforzar el apoyo a través de la Cooperación Española, incluido para respaldar la fase de estabilización.
España ha facilitado, hasta la fecha en 2024, cerca de 5,5 millones de euros (más de 5,9 millones de dólares) en ayuda humanitaria y aproximadamente 12 toneladas de medicinas y mantas para la población vulnerable.