El jefe de la Agencia de Armamento de Polonia, Artur Kruptel, declaró este jueves a la prensa polaca que, tras la aprobación de Washington de este programa, se comenzará a actualizar inmediatamente la mayor parte de los sistemas de estos aparatos, con vistas a ampliar su vida útil hasta los 40 años.
Los F-16 polacos, que forman la columna vertebral del Ejército del Aire de Polonia, serán equipados con nuevos radares, sistemas de guerra electrónica, paneles de control de cabina y sistemas de misiles aire-aire AIM-9X Sidewinder Block II en su versión de entrenamiento.
Esta actualización permitirá a los F-16 polacos emplear armamento más moderno, les otorgará la certificación OTAN necesaria para participar en maniobras más exigentes y aumentará sus capacidades suficientes para ser considerados aviones de cuarta generación avanzada.
Polonia, que en los últimos años se ha embarcado en un ambicioso programa para ampliar y modernizar sus Fuerzas Armadas, ha adquirido 32 cazabombarderos F-35 cuya primera entrega estaba prevista para 2026, pero el Gobierno polaco ha acelerado todos los planes de adquisición de armamento y en agosto ya se completó el primero de esos aparatos.
Según la prensa especializada, el programa de actualización de los F-16 tiene como objetivo que la Fuerza Aérea polaca cuente con un arma aérea lo más avanzada posible mientras se completa la entrega de los F-35.
El estallido de la guerra de Ucrania colocó a Polonia en un escenario que el primer ministro, Donald Tusk, no dudó en calificar recientemente de prebélico, y el ministro de Defensa se refirió hace unos meses a los "frentes de guerra" que amenazan a su país.
En 2024, Polonia destinará el 4,12 % de su PIB a la Defensa, siendo el mayor porcentaje entre los miembros de la OTAN, una cifra que no sólo superará el 5 % el próximo año, sino que rebasará ampliamente la recomendación del 2 % hecha por la Alianza Atlántica.
Con varios programas enfocados a fortalecer sus Fuerzas Armadas, Polonia ha duplicado su número de soldados, alcanzando los 216.100, lo que convierte a su ejército en el más grande de la OTAN en Europa y el tercero en toda la Alianza.
La Ley de Defensa de la Patria de 2022 prevé alcanzar los 300.000 militares profesionales, contando a soldados y a los miembros de la Fuerza de Defensa Territorial, un cuerpo paramilitar de voluntarios y reservistas que reúne a unos 50.000 efectivos.