"Esta reunión puede servir, naturalmente, para tratar ese tema", pues tanto el Mercosur como la UE estarán representados en la cita por autoridades de las mayores economías del mundo, declaró en rueda de prensa Tatiana Prazeres, coordinadora por parte de Brasil del grupo de Comercio e Inversiones del G20.
Según el director de Política Económica de la Cancillería brasileña, Philip Fox-Drummond, las negociaciones que ambos bloques iniciaron hace unos 25 años "han cobrado un dinamismo importante" en los últimos meses y existe "optimismo" en ambas partes en relación a una posible conclusión en un "breve" plazo.
El diplomático aclaró, sin embargo, que tampoco se puede esperar que el encuentro al margen del G20 sirva para concluir las discusiones, aunque sostuvo que sí pudiera permitir "limar algunas de las aristas" que aún persisten.
Una opinión similar manifestó la semana pasada el ministro español de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, quien sostuvo que la reunión del G20 en Brasilia dará continuidad al diálogo para "llevar a buen puerto" las negociaciones entre el Mercosur y la UE.
Las tratativas para un acuerdo entre ambos bloques llegaron a un principio de consenso en 2019, pero volvieron a estancarse en 2023, debido a nuevas demandas europeas en el apartado medioambiental.
Pese a que esas cuestiones aún están pendientes de discusión y a la clara oposición de Francia y otros países europeos al acuerdo, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo recientemente que está "más optimista que nunca" sobre una posible conclusión este mismo año.
Lula llegó a afirmar que el Mercosur "está listo para firmar" y que, dependiendo de la voluntad de la UE, eso podría ocurrir incluso al margen de la cumbre de líderes del G20 que se celebrará en Río de Janeiro en noviembre, cuando concluirá la presidencia brasileña de esa organización.