Según informó este lunes la UAB (este de España), combinando tecnologías de secuenciación y expresión de genes, las investigadoras ensamblaron, sin un modelo de referencia previo, el genoma completo de las dos especies de tortugas criptodiras.
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Se trata de dos linajes en los que los cromosomas sexuales evolucionaron de forma independiente: uno con cromosomas XX/XY (el tipo de los humanos y otros mamíferos) y el otro con cromosomas ZZ/ZW (presente en aves y mariposas).
Los resultados obtenidos revelan una nueva estructura tridimensional del genoma en el grupo filogenético de los reptiles, aves y mamíferos, lo que contribuirá al desarrollo de estrategias más efectivas de conservación de las tortugas así como al estudio de la evolución del genoma y a la organización cromosómica en los vertebrados.
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Según la UAB, la investigación destaca la importancia del papel de la cromatina (la estructura tridimensional en la que el material genético se pliega y empaqueta dentro del núcleo de la célula) en la regulación de la función de los genes y su impacto en la evolución y especiación.
Publicado en el medio especializado Genome Research, lideran el estudio las investigadoras Nicole Valenzuela (Universidad Estatal de Iowa) y Aurora Ruiz-Herrera (UAB), que contaron con la participación de personal del Instituto de Biología Evolutiva (CSIC-UPF).
El genoma de tortugas ayuda a comprender la evolución
En el artículo, las investigadoras destacan que, en términos generales, el estudio del genoma de las tortugas proporciona información crucial que podría transformar nuestra comprensión de la biología y la evolución.
Su longevidad y resistencia a enfermedades las convierten en un modelo único para estudios científicos que abarcan desde la biomedicina hasta la conservación de especies, añaden.
Asimismo, indican que descifrar su genoma es clave para identificar los genes responsables de estos rasgos y que podría permitir avanzar en la medicina humana, especialmente en áreas como el envejecimiento y la resistencia a enfermedades.
Además, la UAB señala que el genoma de las tortugas ofrece una ventana única a la evolución, ya que estas especies de reptiles han existido durante más de 250 millones de años, con lo que han sobrevivido a eventos de extinción masiva y han sabido adaptarse a varios entornos.
Estudiar su ADN ayuda a entender mejor los mecanismos de adaptación y supervivencia, claves para la conservación de las propias tortugas y también para otras especies en peligro, añade la universidad.
Los primeros ensamblajes de genomas de tortugas se publicaron hace más de una década y desde entonces, se han reportado doce ensamblajes de genomas de quelonios, nueve de ellos con la secuencia de sus genes identificados.