Tras besar repetidamente en la mejilla al más joven del grupo, la mujer se sube al coche y se aleja del embarcadero del puerto de Trípoli, en el norte del país. Los viajeros, por su parte, se dirigen a una sala cercana designada para el control de pasaportes y otros trámites previos a la partida.
A las puertas de la sala, una larga fila de pasajeros cargados con maletas y bolsos aguarda su turno, pese a que aún faltan varias horas para que zarpe el 'Dafa Star'.
Hasta hace alrededor de tres semanas, el gran buque azul y amarillo se dedicaba exclusivamente al transporte de camiones, pero comenzó a aceptar pasajeros después de que Israel iniciara una intensa campaña de bombardeos contra el Líbano el pasado 23 de septiembre.
Travesías alternativas
"Debido a la situación de guerra, viajamos a Turquía", comenta a EFE una joven mientras espera junto a la zona de control de pasaportes, preparada para abandonar el país junto a su familia.
"Somos de Sidón (sur), hace pocos días se produjo una masacre en la que murieron más de 60 personas y el bombardeo llegó hasta la zona en frente de nuestra casa. Mis padres son ancianos, no aguantan, igual que yo", agrega la pasajera del 'Dafa Star'.
Según su capitán, Mustafa Mohammad Sheikh, este barco con capacidad para unos 380 pasajeros cubre la ruta entre Trípoli y la localidad turca de Tasucu, una travesía que se prolonga unas doce horas y que su empresa realiza cada dos días desde hace unas tres semanas.
Sin embargo, el buque ya no va tan lleno como en sus primeros viajes en medio del caos inicial causado por la oleada de ataques israelíes, que ha obligado a casi 1,2 millones de personas a abandonar sus hogares, en la mayor crisis de desplazados en la historia del Líbano.
Sheikh dice a EFE que los pasajes cuestan 350 dólares. "El 90 % de la gente rica viaja en avión y tiene residencia en otros países extranjeros, así que la mayoría (de los que cogen este barco) son de clase humilde", afirma.
En las últimas semanas, también han surgido otros servicios de transporte marítimo a Chipre, a apenas media hora en avión del territorio libanés y a donde no ha habido rutas regulares de ferri en varios años.
En medio del estallido de violencia, han estado saliendo hacia las costas chipriotas pequeños yates desde ciudades costeras al norte de Beirut como Dbayeh o Jounieh, unos viajes cuyo precio oscila entre los 1.000 y 2.000 dólares por persona.
Pocos vuelos
Por tierra, los libaneses solo pueden huir a Siria, mientras que por aire las opciones también son limitadas, con muy pocos vuelos disponibles desde el Aeropuerto Internacional Rafic Hariri de Beirut, el único operativo del país.
Solo la aerolínea estatal Middle East Airlines (MEA) continúa operando desde la capital libanesa, a menudo con precios mucho más altos de lo normal y sin disponibilidad de asientos a dos semanas vista.
"En caso de que haya vuelos, el coste será el triple. Nosotros somos una familia humilde", explica a EFE Mohammad Batesh, otro de los pasajeros que espera en el puerto de Trípoli para subirse al 'Dafa Star' junto a sus padres y hermanos.
Decidieron marcharse a Turquía después de que Israel comenzara a "amenazar" su zona de residencia al sur de Sidón y a bombardear "cerca" de ella. En palabras de Batesh, se van "porque el Líbano está en una guerra global que alcanza a todo el país".
Mientras muchos libaneses huyen por mar debido a los precios y a la escasez de los vuelos, a otros les preocupa la situación de seguridad en la zona del aeródromo capitalino, adyacente a los suburbios del Dahye que Israel bombardea frecuentemente desde hace un par de semanas.
"¿Quién va ahora al aeropuerto? ¿Has visto lo que está pasando en el Dahye?", sentencia en declaraciones a EFE el viajero Osama el Naji.
Su plan es trasladarse a Estambul una vez llegue a territorio turco con sus hijos, su esposa y la familia de su hermano, pero no descarta tener que moverse a un tercer país "si la guerra se prolonga".
"Tengo miedo por mis hijos, ¿qué puedo hacer?", zanja.