Lula, quien todavía no ha aclarado si se presentará a la reelección, afirmó durante una entrevista radiofónica que las municipales no suelen tener "mucha incidencia" en las presidenciales porque la popularidad de los alcaldes cae después del primer año en el cargo.
Con todo, el mandatario progresista reconoció que el PT, del cual es uno de los fundadores, no tuvo un buen desempeño en los comicios del domingo, en los que no logró conquistar ninguna capital regional en la primera vuelta.
"El PT creció en número de alcaldes y de concejales, pero el partido ya gobernó en São Paulo, Porto Alegre y en otras capitales que ahora ya no gestionamos", afirmó.
Lula, quien no participó activamente en la campaña, justificó esa presencia "tímida" por la necesidad de mantener unida a su coalición de Gobierno, que incluye una amalgama de partidos que van de la centroderecha a la extrema izquierda.
El mandatario dijo que no quiere "meterse en una pelea" en una ciudad con un determinado partido y luego tenerlo como adversario en el Congreso, donde la izquierda se encuentra en franca minoría.
Aun así, el líder progresista dijo que ayudará al candidato de la izquierda en São Paulo, Guilherme Boulos, a ganar los comicios en la segunda vuelta frente al actual alcalde, Ricardo Nunes, apoyado por el expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro.
"Boulos puede ganar las elecciones", aseguró, pese a que las últimas encuestas lo sitúan en desventaja en la mayor ciudad de Suramérica.
Sobre la erosión del apoyo al PT entre las clases populares, Lula apuntó a la necesidad de tener en cuenta nuevos perfiles de empleados, como aquellos que trabajan para aplicaciones.
"El mundo del trabajo cambió y tenemos que adaptarnos", dijo sobre el partido que fundó en los años 80 tras emerger como líder sindical durante la dictadura militar.