La sequía golpea la mayor central hidroeléctrica de Zambia y provoca una crisis energética

Musonda ChibambaLusaka, 6 oct (EFE).- Zambia se enfrenta a una grave crisis energética, con apagones que a veces se extienden durante más de dos días, después de la devastadora sequía causada por el fenómeno meteorológico de El Niño que ha reducido a mínimos históricos los niveles de agua de la principal central hidroeléctrica del país.

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La escasez de lluvias de los últimos meses en la región ha tenido un grave impacto en el caudal del río Zambeze, frontera natural entre Zimbabue y Zambia, reduciendo las reservas de agua del lago Kariba, donde se encuentra la central de la que dependen los zambianos para cubrir hasta la mitad de sus necesidades eléctricas diarias.

Ese problema ha forzado a la compañía eléctrica estatal zambiana, ZESCO, a reducir su producción de energía derivada de la presa que, en este momento, está generado unos 300 megavatios diarios, muy por debajo de su capacidad total de 1.000 megavatios.

"Cerrar la planta no es una opción porque hemos sido informados (por expertos) de que los desafíos que surgirían serían más graves que mantener la planta en funcionamiento", afirmó el miércoles el ministro de Energía zambiano, Makozo Chikote, en una rueda de prensa en la capital, Lusaka.

Las autoridades cambiaron así de opinión después de anunciar el pasado mes de agosto que interrumpirían la producción de la central hidroeléctrica el 14 de septiembre debido a los niveles de agua excesivamente bajos.

La crisis se agravó aún más recientemente cuando la única central eléctrica de carbón del país, Maamba Energy (sur), no pudo trabajar a plena capacidad durante varias semanas por obras de mantenimiento, antes de que Chikote anunciara el miércoles la vuelta a la normalidad.

Sin embargo, la situación no tiene visos de mejorar con el inicio del mes de octubre, históricamente el más cálido en el país.

Tres horas de electricidad en Lusaka

Las consecuencias de la sequía han golpeado especialmente a los consumidores domésticos, y los hogares en Lusaka actualmente no cuentan con más de tres horas de electricidad diarias, en franjas horarias rotatorias, y con apagones que, en ocasiones, se alargan durante más de dos días.

También los negocios pequeños y medianos de zonas residenciales están sufriendo al verse forzados a cerrar o reducir su actividad, incluidos bares, restaurantes, peluquerías o barberías, para los que la electricidad es imprescindible.

"Las tres horas de electricidad suelen llegar después de la medianoche, lo que no sirve de nada porque los clientes no pueden venir a nuestra peluquería a esa hora. Así que, después de pasar todo el día sin hacer nada, cerramos y nos vamos a casa", relata a EFE Naomi Zulu, que trabaja en un pequeño centro comercial de la capital.

Frente a esta situación, tanto Zambia como Zimbabue están intentando diversificar sus fuentes de energía para reducir su dependencia de la hidroeléctrica, invirtiendo en nuevas plantas de energía solar y de carbón, además de recurrir a importaciones energéticas de emergencia de países de la región, como Sudáfrica o Mozambique.

Desastre nacional

Más de 30 millones de personas en el sur de África se han visto afectadas por la sequía, según informó en junio la ONU, lo que ha disparado la inseguridad alimentaria en la región, que experimentó en 2024 su febrero más seco en cien años al recibir solo el 20 % de las lluvias habituales esperadas para este periodo.

Ese mismo mes, el presidente de Zambia, Hakainde Hichilema, declaró la sequía como desastre nacional, tras provocar la pérdida de cosechas en siete de las diez provincias del país, y advirtió de que "afectará a más de un millón de hogares agrícolas".

Fue una medida que también han tomado este año Namibia, Malaui y Zimbabue.

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