"Su Santidad se sintió profundamente entristecido al ser informado de la muerte de estudiantes y profesores en el accidente de un autobús escolar en la periferia de la ciudad de Bangkok", se lee en un telegrama enviado en nombre del pontífice por el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin.
En la misiva, el purpurado aseguró las oraciones del papa a todos los afectados por la "tragedia", especialmente a las familias.
El accidente de un autobús en el que viajaban 38 colegiales y seis profesores tuvo lugar poco después del mediodía del martes en las afueras de Bangkok, cuando el vehículo quedó envuelto en llamas con más de la mitad de los pasajeros en su interior.
El conductor, quien se entregó tras darse a la fuga, ha sido acusado de delitos como conducción imprudente con resultado mortal y abandono del lugar del accidente sin brindar ayuda.
Durante el interrogatorio el conductor declaró que conducía a una velocidad de entre 70 u 80 kilómetros por hora cuando perdió el control del autobús por un bache, que a su vez provocó que se reventara una rueda, lo que ocasionó un choque lateral que precedió al incendio.
Sin embargo, el director interino de la Policía, Kittirat Panpetch, ha declarado que no han encontrado pruebas sobre la explosión de la rueda y apuntado que el autobús tenía instaladas sin permiso varios tanques de gas natural comprimido que usaba como combustible.